Fran Carrillo, experto en oratoria. |
"Los discursos de nuestros políticos apenas tienen alma"
Juan D. Sánchez. La afirmación es del experto en oratoria y CEO de La Fábrica de Discursos, Fran Carrillo. Hace unos días salió a la venta su libro, 'Tus gestos te delatan', una obra magnífica que nos da las claves para ser un buen comunicador. En esta entrevista que concede a Comunicación a la Deriva, Carrillo nos ofrece unas pinceladas muy sugerentes que animan a saber más sobre el tema.
Juan Diego: ¿Por qué nos delatan nuestros gestos?
Fran Carrillo: Porque son el embalaje con el que presentamos nuestra
comunicación a los demás. Porque son más
creíbles que las palabras, que admiten un abanico más amplio de manipulación y mentira.
Y porque sirven igualmente para reforzar el mensaje cuando necesitamos
potenciar su efecto. Los gestos son la avanzadilla de lo que vendrá después, el
envoltorio que recubre nuestras palabras y lo primero que recibe el
interlocutor. Debemos cuidarlos para no exportar sensaciones y creencias
contrarias a nuestros intereses.
JD.: ¿Qué es eso de que los feos comunican mejor?
@francarrillog: Reconozco que es un título provocador, elegido para
llamar la atención. Cuando me preguntan por ese epígrafe lo explico de la siguiente
forma: una persona atractiva físicamente considera que ese valor le capacita
para penetrar mejor en el subconsciente de cualquiera. Y en parte es así
gracias a la dictadura de lo visual, que determina el comportamiento de nuestro
cerebro. Los que son menos atractivos
[feos], sabedores de que por físico nunca ganarán la partida de la atención, de
la seducción o la persuasión, necesitan
potenciar otros aspectos menos visibles a simple vista: su oratoria, sus gestos, sus miradas, sus
silencios…El objetivo es equilibrar la balanza que la naturaleza decidió
desequilibrar un día.
JD.: ¿Qué poder tienen los silencios en el discurso?
@francarrillog: Más de lo que la gente se imagina. El silencio es la madre de la comunicación.
Es lo que determina que un mensaje se recuerde porque ayuda a las palabras a
situarse en la estructura del discurso. Antes y después de las palabras, ¿qué
hay? Silencio. Ayuda a quien te escucha
a anclar en su mente lo importante, te ayuda a ti como orador a separar lo
principal de lo secundario, ayuda al propio discurso a respirar y a subrayar,
sin palabras, qué mensajes deben recordarse.
JD.: ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra oratoria?
@francarrillog: Como digo en el libro, visitar cada día al amigo PEP
(Práctica, Ensayo, Preparación) sin dejar de sentarse en las cuatro patas que
sujetan la silla de la excelencia para comunicar bien en público: leer, escribir, hablar y analizar. Ser
constante en la praxis sin olvidarse de las raíces teóricas. La oratoria es,
ante todo, proyección: de un sentimiento, de una idea, de un relato personal o
un movimiento colectivo. Si proyectas
bien, conectas bien.
JD.: Tres
errores comunes en nuestros políticos.
@francarrillog:
Sus discursos apenas tienen alma. Cuando los números, datos y cifras abundan más que
las historias, los ejemplos y los relatos cercanos, la narrativa del orador es
aburrida. No existe poesía porque sus discursos no tienen espíritu para ser
recordables. Por otra parte, hablan
para el partido, no para el ciudadano. Son mensajes hacia adentro y no
hacia afuera, no para la gente, sino desde la sede. Y además, dicen demasiadas
palabras para tan pocos mensajes, longitud más que calidad. Por último, destacaría que sus discursos son profundamente reactivos. No confrontan ideas sino
que enfrentan personas. No ofrecen argumentos sino que solo exponen
argumentario.
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13TV
Periodista Digital
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