sábado, 29 de mayo de 2010

En el silencio de las aulas...


"Papel y boli en mano para improvisar con rapidez las refutaciones que aplaquen los ataques verbales del contrario. A favor y en contra, sin saber qué posición defenderán hasta cinco minutos antes del comienzo del debate, cuatro equipos de alumnos del Grado de Maestro de la Universidad Pública de Navarra hicieron su última intervención en el Parlamento foral durante la final de la Liga de Debate". Es la entradilla de una noticia que publicó el Diario de Navarra el 19 de mayo. Echo de menos más iniciativas de este tipo en nuestro sistema educativo. No parece nuestro, sino de los americanos. Eso de que los jóvenes debatan en el colegio, el instituto o la universidad no va con nosotros, pero cometemos un error que nos priva de mejores oradores.

Hace unos días acabé el libro '¿Por qué los españoles comunicamos tan mal?' del periodista y doctor en Sociología Manuel Campo Vidal. Esta obra nos habla, entre otros temas, de la necesidad de dar un giro en la enseñanza para que los alumnos también abran la boca en las aulas y no se comporten como meros receptores. Y es que, en España, con demasiada frecuencia, imponemos el monólogo a la conversación y levantamos la voz para tapar al otro. Hablar mucho, no es comunicar bien. Son realidades distintas e, incluso, pueden llegar a ser enemigas.

El modelo del profesor parlanchín está obsoleto, los estudiantes deben opinar y debatir pero han de hacerlo respetando dos reglas fundamentales: pensar antes de hablar y prestar atención al interlocutor. En España nos encanta contar nuestra historia y no seguir el hilo de lo que nos dice el otro. Lo peor es que esto se traslada a todos los ámbitos de la vida: la familia, la empresa, la política, etc.

No estaría de más que el sistema educativo generalizase actividades como la desarrollada por la Universidad Pública de Navarra u otras que tuviesen el mismo objetivo. Las aulas deben abrir la boca, entre sus paredes hay demasiado silencio.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Entrevista con la periodista y formadora Mónica Pérez de las Heras


"Las tres claves de la oratoria son la
naturalidad, la humildad y el corazón"



Hace un par de meses me encontré con uno de sus blogs y descubrí otra forma de abordar la oratoria y de tratarla en los talleres de formación. Os hablo de la inteligencia emocional. Puede sonar pedante pero es una realidad que había que bautizar de alguna forma. Nos ayuda a acercarnos a los demás y a comunicarnos mejor. Mónica es periodista, especialista en oratoria con Programación Neurolingüística y formadora en temas ambientales y periodísticos. Próximamente, impartirá un interesante curso de oratoria en Madrid, ¿te apuntas?


Pregunta: ¿Cuáles son las claves más importantes a la hora de afrontar una intervención en público?

Respuesta: Las tres claves son la naturalidad, la humildad y el corazón. Con la naturalidad somos como somos sin querer aparentar nada; con la humildad no nos creemos más que nadie y con el corazón lo que hacemos es transmitir lo que llevamos dentro. Con estas tres claves se acabaron los miedos a no gustar a alguien ya que no gustamos a todo el mundo, miedo a no saber algo puesto que no lo sabemos todo ni miedo a quedarnos en blanco porque el público no sabe lo que le vamos a contar.


P.: En un discurso, un buen comienzo es fundamental, pero muchos se enredan con los saludos, ¿qué podemos aconsejarles?

R.: Para que los saludos salgan bien se pueden llevar anotados en una ficha que se mira al empezar, así no se nos olvida nadie. Así lo hace Obama, lleva siempre una tarjeta con el protocolo de a quién tiene que saludar al llegar y la lee.


P.: ¿Qué es la oratoria con Programación Neurolinguística?

R.: Es hablar en público empleando las técnicas de PNL para saber que hay que hablar para visuales, auditivos y kinestésicos. Además incluye prácticas muy interesantes para calibrar bien al público y conseguir sintonía con él.


P.: ¿Qué nos cuentas en tu libro '¿Estás comunicando?'?

R.: Las 112 claves para mejorar la comunicación con inteligencia emocional y PNL, herramientas muy prácticas para empezar a poner en práctica en cuanto se leen.

P.: También has escrito sobre la oratoria de Obama, ¿cuál es su secreto?

R.: Para saberlo hay que leer el libro, jajaja... porque es verdad que Obama reúne unas características muy especiales: inteligencia emocional, usa las tres claves de la oratoria, emplea la PNL, usa cuidadosamente el lenguaje verbal, no verbal y paraverbal.

P.: ¿Qué opinas sobre las dotes de oratoria de los políticos españoles?

R.: Que deberían aprender de Obama no el marketing o uso de los medios tecnológicos sino de su gestión emocional. Les falta inteligencia emocional.

P.: ¿Comunicaríamos mejor si en el sistema educativo se fomentase más el debate?

R.: Comunicaríamos mejor si se educara en emociones. Sólo se puede debatir desde la serenidad y la tranquilidad.

P.: Los días 11 y 12 de junio impartes un curso de oratoria en Madrid, ¿será una buena oportunidad para...?
R.: Aprobar la asignatura pendiente que cualquier persona tiene de hablar en público. Una oportunidad para no dejarlo para septiembre.




viernes, 21 de mayo de 2010

Entrevista con Javier Gómez, subdirector de 'Málaga Hoy'


"No nos callamos jamás
una crítica o exigencia al poder"



Hoy os presento al subdirector del periódico Málaga Hoy, Javier Gómez, en una entrevista en la que abordamos asuntos como el impacto de la crisis en la Prensa, las amenazas de internet para el sector, la independencia de los medios o las lagunas de la comunicación política de los partidos. Como siempre, mi compañero de promoción en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga, nos brinda unas interesantes y lúcidas reflexiones sobre el panorama de los medios. Podéis encontrar más opiniones de Javier en la sección El Prisma y otros muchos contenidos de interés en Málaga Hoy.


Pregunta: ¿Cómo llevan los periódicos la crisis económica?
R.: Mal, pero como todo el mundo. Los periodistas tenemos tendencia a mirarnos el ombligo y creernos el centro del universo, a llorar todos los días por nuestra situación. Nos olvidamos de que hay sectores que lo están pasando mucho peor, y no sólo la construcción. Los vendedores de coches, el comercio en general, los pequeños empresarios... Lo que ocurre es que la crisis actual esconde una crisis anterior de los periódicos, cuyo modelo de negocio está en transformación. Pero yo no veo en España que hayan cerrado tantos periódicos como fábricas, promotoras o comercios, y eso que venimos de una época de expansión en la que ha habido sobrepoblación de prensa para el público real que tenemos.

P.: ¿Internet es una amenaza para el formato de papel?
R.: Desde luego. Aunque no creo que pueda remplazar nunca el placer de leer un periódico el domingo, las ediciones digitales son una dura competencia para el papel, que tiene los días contados. Primero porque las nuevas generaciones, ni siquiera las que están estudiando en las facultades de Periodismo, leen ya periódicos impresos. Lo hacen en la red. Así que es un hábito en extinción. Luego está el factor multimedia, y las posibilidades de los medios on line. Internet ha reinventado los periódicos o ha creado un producto informativo nuevo, con vídeos, inmediato, galerías gráficas, participación. Digamos que es una evolución mixta de las ventajas de la radio, la televisión y la prensa escrita. Y por último pero no menos importante, el formato papel es terrible para el medio ambiente. ¿Alguna vez has visto una fábrica papelera? Y mejor ni pensar los árboles que se cortan para hacer una bobina.

P.: ¿Qué poder otorgas a la Prensa en la formación de la opinión pública?
R.: Tiene un papel importante, aunque cada vez menos directo. Ha perdido su influencia directa sobre las masas, en manos de la televisión y, en menor medida, la radio. Pero la prensa sigue influyendo, y mucho, a las televisiones y las radios, por lo que por ahí conserva su poder. Los periódicos y la opinión publicada, que no pública, también mantienen su influencia sobre las elites y las clases dirigentes e intelectuales, que después acaban trasladando su opinión a las masas.

P.: En líneas generales, ¿qué opinas de la calidad de la Prensa española?
R.: A la prensa española le queda tanto por avanzar como a la democracia española. Se ha recorrido mucho camino y se hacen productos dignos, pero si repasamos el quiosco todos los días veremos titulares contradictorios de un mismo hecho informativo, según el diario. Creo que confundimos línea editorial con ideología, y aunque no tenemos periódicos amarillos como los británicos y los alemanes, sí que tiene demasiado peso la prensa deportiva. Particularmente, me quedo con la prensa nacional que se edita en Barcelona, La Vanguardia y El Periódico, antes que la de Madrid, que sigue en las trincheras pero desgraciadamente tiene toda la influencia.

P.: Ponle nota a la comunicación política de los partidos.
R.: Progresa, pero no adecuadamente. Aunque cada vez dominan más el uso de los diferentes medios y de internet, los partidos siguen confundiendo comunicación con propaganda. No son lo mismo.

P.: ¿Cómo es un día en la redacción de Málaga Hoy?
R.: Siempre diferente. En mi caso, reviso la competencia y la actualidad temprano desde casa, pero no llego al periódico hasta bien entrada la mañana. Muchas de las cosas del día se pueden encargar a distancia. Por la mañana, decidimos las principales apuestas del día, aunque la actualidad acaba comiéndote a primera hora de la tarde. El director y yo, siguiendo también los criterios del grupo, hacemos la portada a partir de las 8 ó 9 y nos podemos tirar más de dos horas con ella. También hay que editar informaciones, decidir enfoques, pensar temas para el fin de semana, discutir con los redactores (en el buen y en el mal sentido de la palabra discutir), y actualizar los dos blogs que tengo, cosa que hago menos de lo que me gustaría.

P.: ¿Qué hace especial a tu periódico frente a la competencia?
R.: Todos los periódicos presumen de independencia y de ser críticos con el poder. La realidad, luego, es otra. En nuestro caso, creo poder afirmar que nos metemos en todos los charcos que vemos y que no nos callamos jamás una crítica o exigencia al poder. Eso ha tenido consecuencias económicas para la empresa, con vetos de algunas instituciones simplemente por publicar hechos veraces como el sueldo de un cargo político, como la plaza de funcionario que se creó un alcalde, o como que un túnel del AVE tenía graves filtraciones de agua. Y me enorgullece decir que jamás hemos tenido una consigna al respecto del editor del periódico. Esa independencia creo que se ve reflejada en todas las secciones del periódico. Tenemos una línea editorial clara en muchos asuntos, pero en absoluto eso significa que estemos del lado de uno u otro partido. También me alegra decir que ninguno de los partidos nos considera "los suyos".

P.: ¿Cómo calificas la preparación de los periodistas recién licenciados?
R.: Supongo que un periodista recién licenciado sabe tanto de su profesión y su carrera como un médico recién salido de la facultad sin hacer el MIR o como un arquitecto que no haya pisado una obra. La Facultad ofrece la oportunidad de acceder a unos conocimientos que te preparan para la profesión (luego está por ver si los alumnos la aprovechan). Pero será la realidad y el trabajo los que te forjarán como periodista.

P.: ¿Invitarías a tu hijo a estudiar Periodismo?
R.: Lo invitaría si supiera que eso lo disuadiría de hacer Periodismo. Confieso que preferiría que mi hijo no tuviera que hacer los sacrificios personales que exige la profesión, pero si se empeñara en ser periodista, y le tuviera a esta profesión el respeto que yo y su madre le tenemos, no tendría problema. Me sentiría incluso orgulloso. Preocupado, pero orgulloso.

sábado, 15 de mayo de 2010

Entrevista con el coach Rubén Turienzo



"El coaching ayuda a despertar las mentes, salir de la apatía y emprender la marcha"



Compartí con él un pequeño taller de comunicación de dieciséis horas, pero fue suficiente para aprender una lección importantísima que me está ayudando mucho. Me mostró el poder del entusiasmo y de la motivación. Durante un fin de semana, asistí como alumno a dos intensas sesiones de comunicación que impartió en Málaga y, a pesar del cansancio que seguro que arrastraba después de tantos días de duro trabajo, en ningún momento perdió la sonrisa, el buen humor y la energía. Rubén Turienzo nos hizo participar y nos transmitió el poder de la ilusión. De esto no hace ni un año y he comprobado, ahora como humilde formador y articulista bloguero, que el entusiasmo mueve montañas, no hay nada mejor y más sincero para cautivar a tu público. Hoy, Rubén nos brinda esta entrevista para que conozcamos su apasionante profesión: el coaching. Para mí, ha sido un gran descubrimiento.

Pregunta: ¿Qué es el coaching?
Respuesta: El coaching es un conjunto de herramientas y técnicas que son usadas por una persona para ayudar al desarrollo de otras. La metodología que se utiliza para ello está basada en la mayéutica de Sócrates, la cual supone la idea de que la verdad está oculta en la mente de cada ser humano. Sin embargo, lejos de ser algo filosófico o atribuirle un halo de divinidad, hay que dejar claro que el coaching y sus técnicas son procesos para la toma de conciencia y posterior creación de planes de acción para la superación de obstáculos y la consecución de objetivos.

P.: ¿Cómo nos puede ayudar en tiempos de crisis?
R.: El coaching nos puede ayudar siempre, ya que se trata de una fórmula para alcanzar metas. Sin embargo, en una época como la actual, el coaching tiene aun más relevancia ya que ayuda a despertar las mentes, salir de la apatía y emprender la marcha. Gracias al coaching revisamos nuestras creencias, planos mentales, formas de trabajar o valores y analizamos como crear nuevas oportunidades, trazamos hojas de ruta eficaces y descubrimos un nuevo camino a seguir sólido, concreto, tangible y orientado al éxito.

P.: ¿Qué necesitamos para hacer realidad nuestros proyectos profesionales?
R.: Valor, perseverancia y metodología. Valor, para atreverse a dar el paso y no dejar que nuestra gran idea se oxide inmovilizada por el miedo. Perseverancia para resistir a los ataques que sufriremos en nuestro proyecto, desde las opiniones negativas y conservadoras que intentarán castigar nuestro emprendizaje, hasta las agresiones directas de quienes se sientan amenazados por nuestra vitalidad, ganas y oferta. Y por último, metodología. Si no sabemos cómo trazar nuestro rumbo, jamás podremos llegar a nuestro puerto, por mucho valor que tengamos y muy perseverantes que seamos. Hay que aprender a establecer una metodología clara y depurada para poder canalizar todo ese esfuerzo que nuestro proyecto empresarial nos requerirá.

P.: ¿De qué nos hablas en tu nuevo libro, 'Saca la lengua'?
R.: Saca la lengua es un libro atípico en unas fechas como estas, pero a su vez, necesario. Engloba todas las técnicas necesarias para alcanzar una correcta influencia social y que nuestra capacidad de persuasión social aumente. Es un libro que potencia con herramientas claras nuestra capacidad a la hora de expresar nuestras ideas, escribir un discurso, dirigirnos a otras personas, crear una sólida marca personal, desarrollar un plan estratégico social, así como aprender a desbloquearnos o generar nuevas oportunidades de éxito. Con ello y si seguimos los pasos que poco a poco se van detallando, todo lector podrá crear su propio modelo y acercarse un poco más a ser la opción elegida.

P.: ¿Qué es Innfluencia?
R.: Innfluencia es un proyecto empresarial que engloba los servicios derivados de la influencia social. Es una respuesta a esas personas u organizaciones que necesitan crear un mensaje poderoso, establecer una correcta red de persuasión o transmitir con eficacia sus ideas. Desde un nuevo prisma, se ayuda por medio del cine, la música, los talleres de habilidades y las plataformas 2.0, creando proyectos poderosos y visibles. Innovamos en la metodología entendiendo que la situación actual requiere de sesiones de impacto eficaz en un menor tiempo de reacción. Si necesitas potenciar tu influencia social, desde Innfluencia te ayudamos a conseguirlo.

P.: Además de psicología y coaching, estudiaste Historia del Arte, ¿te ayuda en algo?
R.: Hay una realidad que yo siempre recomiendo y es abrir los ojos y descubrir nuestro entorno. Mis conocimientos sobre arte me ayudan a crear nuevos ejemplos, perspectivas o metodologías para aplicar las enseñanzas del tradicional management. Por regla general el arte provoca mucho interés, pero existe un gran desconocimiento sobre los artistas y sus vidas, algo que en mis conferencias siempre intento incluir en algún guiño.


P.: Confiésanos una de tus metas para 2010.
R.: En este 2010 tengo algunas metas menos precisas que en años anteriores, sin embargo existe una meta que me gustaría compartir. Me apetece escribir una novela. Tengo varias ideas, documentación suficiente y la trama estructurada y sólo necesito el tiempo para ejecutar la escritura. Espero terminar con los proyectos que ahora tengo entre manos y emprender esta aventura a partir del verano.

P.: Sabemos que eres un gran aficionado al cine, recomiéndanos una buena peli.
R.: Podría no parar de decir películas buenas y recomendables je, je, je. La verdad es que el cine tiene la grandeza de ofrecernos enseñanzas en cada fotograma y por ello utilizo mucho el 7º arte en mis clases y conferencias para facilitar la comprensión. Pero centrémonos en la cartelera actual y así al menos acotamos algo las opciones. Si queremos comprender el proceso por el cual nos cuesta tanto tomar decisiones, podemos acudir a ver la Alicia de Burton. Si nos apetece una película algo más dura, pero con la capacidad para hacernos ver la importancia en nuestras vidas y en las de quien nos rodea, de nuestras acciones y decisiones, recomiendo cinco minutos de gloria. La importancia de comprender otras realidades y buscar la motivación común en cómo entrenar tu dragón o sencillamente reírnos bastante y analizar la importancia de quererse en que se mueran los feos, son buenas opciones también.

Aquí podéis encontrar a Rubén Turienzo: http://rubenturienzo.com

jueves, 13 de mayo de 2010

La hora de la comunicación




La realidad está destrozando los planes de Zapatero. Sus promesas de no tocar el Estado del Bienestar tiemblan ante la amenaza del déficit, el paro y los mercados (algún día hablaremos de este fantasma anónimo que tanto condiciona la gestión de los gobiernos). Ha metido le tijera en el gremio de los funcionarios, de las pensiones y de algunas políticas sociales. Este paquete de medidas anticrisis ha cogido por sorpresa a muchos porque, entre otros motivos, estamos acostumbrados a que los gobiernos actúen a golpe de encuesta y, sin duda, las medidas de Zapatero se llevan la palma de la impopularidad. Pocos sondeos revelarían un apoyo ciudadano a la congelación de las pensiones.

No es éste un blog de economía y no entraré en analizar la bondad o maldad del tijeretazo, lo que sí os diré es que ha llegado la hora de la verdad de la comunicación. El Ejecutivo socialista aún deberá tomar muchas medidas para salir de la crisis, pero si no explica bien lo que hace y por qué lo hace, estará a merced de la oposición (que, por cierto, también tiene que esmerarse en este tema y no dormirse en los laureles, aunque, la verdad, es que lo tiene más fácil que Zapatero).

Esta mañana ya empezaban los problemas cuando Chaves comentó en un medio que el Gobierno haría algo con las rentas más altas. Saltó el titular y a continuación llegaron las matizaciones (lo mismo ha ocurrido con otras tantas medidas como la ampliación de la edad de jubilación). Esta descoordinación (o, al menos, sensación de descoordinación) hace mucho daño al Gobierno y da por válida una de las acusaciones más poderosas del PP: "Zapatero no sabe lo que hace, sólo tiene ocurrencias e improvisa constantemente". Tal es la situación de tensión creada, que la ejecutiva federal del PSOE ha pedido a todos sus cargos orgánicos e institucionales que no entren en detalles sobre la bajada de sueldo de los funcionarios y el posible establecimiento de un impuesto a las rentas más altas.

La batalla de la comunicación llega a un punto clave antes de la campaña electoral. ¿Cómo explicará el Gobierno sus impopulares medidas? Tiene mucho trabajo por delante. La hora de la comunicación política, ha llegado.

lunes, 10 de mayo de 2010

Argumentarios envenenados




"Todos los políticos dicen lo mismo, todos son iguales". "Este discurso me aburre y, además, no me lo creo". "Nunca hacen autocrítica". ¿Has dicho alguna vez esto o algo parecido? Sí, ¿verdad? Cuando vemos la tele, escuchamos la radio o leemos los periódicos un día tras otro, nos damos cuenta de que cada líder político maneja un discurso. Desde el militante de base hasta el comandante en jefe del mismo partido recitan ante los medios de comunicación las mismas rimas. Este ejercicio de imitación lo practican todas las formaciones, al menos, las que tienen voz en la Prensa.

¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué todos los cargos del PP dicen lo mismo sobre los mismos temas? ¿Por qué se da el mismo caso en el PSOE, PNV o CIU? No hay que investigar mucho para percatarse de que una de las prioridades de los partidos políticos es mantener la unidad del discurso (que se materializa en los llamados argumentarios). Nunca es agradable que el responsable de Organización diga una cosa y el presidente o el secretario general la contraria. No sería serio que esto pasase en público constantemente. Cuando se da esta descoordinación, el adversario aprovecha y muerde el error y no lo suelta hasta que no es enterrado por la fugaz actualidad de los medios.

No es negativo (ni para los políticos ni para los ciudadanos) que los partidos trabajen por mantener unas líneas básicas comunes para los discursos. El ciudadano no vería satisfecha su necesidad de orientación en la compleja realidad que le rodea si no supiese qué piensan sus representantes sobre los temas de interés público. El problema aparece cuando los políticos no tienen espacio alguno para la reflexión propia o para introducir matices en los encorsetados argumentarios. La cosa empeora, y mucho, cuando estos argumentarios sólo buscan la destrucción del adversario e inoculan en el discurso mentiras, insultos y falacias (argumentos falsos). Estoy a favor de los argumentarios, pero los partidos deben diseñarlos para aclarar la realidad y acercar al ciudadano un mensaje serio. Lo que no pueden hacer es, bajo la excusa barata de simplificar el mensaje, reducir el discurso político a frases publicitarias que engañan al electorado.

Los argumentarios son un apoyo importante para los políticos, pero quedan muy mal cuando todos los cargos de un partido repiten la misma cantinela una y otra vez. Desde un punto de vista electoral también conviene a los partidos introducir cambios que flexibilicen la forma que tienen sus representantes de dirigirse a la sociedad. Los hay que no transmiten credibilidad cuando hablan porque se les nota demasiado que tienen aprendida la rima de memoria. Suena falso, hueco e insustancial. Así, pierden votos.

Los argumentarios son el hijo pequeño de la disciplina de partido que impera en casi todas las formaciones, tanto en el ámbito interno como en la esfera pública. Es inadmisible que esté tan castigado dar una opinión distinta a la del partido. Se supone que deben ser organizaciones plenamente democratizadas pero, muchas veces, no es así. Tanto argumentario impuesto y tanto silencio disciplinado no son buenos, ni para el ciudadano ni para los propios partidos (la discrepancia moderada no perjudica necesariamente en las urnas). No siempre se puede pensar en clave electoral y es que, el interés general, es lo que debería primar. Sé que esto es una utopía en los tiempos que corren pero bueno... hay que soñar en algo. Necesitamos, ya, una Comunicación Política Cívica (CPC). Un estilo de comunicación más cercano y eficaz.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Tan cerca... tan lejos





¿Qué pensaría de esta fotografía un chino? ¿qué diría del apretón de manos un chileno? ¿qué significado tienen estas sonrisas para un senegalés? Probablemente, si no conocen la actualidad de nuestro país, dirían que son dos personas que se llevan muy bien, que están felices y que acaban de cerrar un acuerdo importante. ¡Nada más lejos de la realidad! Son el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, antes de comenzar una reunión en la Moncloa sobre el rescate a Grecia y la reestructuración de las cajas de ahorros españolas.

Aunque el protocolo y la buena educación mandan que estas fotografías sean 'amables', lo cierto es que llama la atención la falsedad del momento. La imagen transmite cercanía, pero están muy, muy lejos el uno del otro. Zapatero y Rajoy se han dicho de todo y han demostrado que son incapaces de ponerse de acuerdo en nada que nos saque de esta maldita crisis, que sólo es una oportunidad para perder el trabajo, el piso, el coche y la moral. Algunos dan conferencias y venden libros diciéndonos que la crisis es una oportunidad... la frase queda bien y, quizá, tengan razón en algo, pero somos millones los ciudadanos que deseamos buscar nuevas oportunidades para mejorar en un sistema que, al menos, nos permita sobrevivir.

La política española está enferma. Es ajena al consenso porque sólo busca el partidismo; no mira al largo plazo porque su meta está a cuatro años vista; carece de discurso porque el marketing y la frase publicitaria fácil han contagiado a los oradores que se suben a la tribuna del Congreso; políticos de gran valía están en la sombra sometidos por otros que no dan la talla. Los ciudadanos pedimos soluciones y, para que éstas lleguen, es necesario que el Gobierno y el PP se olviden de las urnas por un tiempo. Los ciudadanos, ahora, no queremos buscar culpables, necesitamos dormir tranquilos y que aquellos en los que hemos depositado la representación de la soberanía popular cumplan con su obligación de trabajar por y para nosotros y no para sus bolsas de votos. Esto no es demagogia, es la pura realidad.

Hace horas que terminó la reunión en Moncloa entre Zapatero y Rajoy, mientras escribo esto escucho una tertulia radiofónica en la que, nuevamente, se tiran los trastos a la cabeza dos diputados del PP y del PSOE. En ellos no existe la autocrítica, sólo oratoria persuasiva, oratoria de guerrilla. Es, sencillamente, lamentable.