miércoles, 5 de mayo de 2010

Tan cerca... tan lejos





¿Qué pensaría de esta fotografía un chino? ¿qué diría del apretón de manos un chileno? ¿qué significado tienen estas sonrisas para un senegalés? Probablemente, si no conocen la actualidad de nuestro país, dirían que son dos personas que se llevan muy bien, que están felices y que acaban de cerrar un acuerdo importante. ¡Nada más lejos de la realidad! Son el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, antes de comenzar una reunión en la Moncloa sobre el rescate a Grecia y la reestructuración de las cajas de ahorros españolas.

Aunque el protocolo y la buena educación mandan que estas fotografías sean 'amables', lo cierto es que llama la atención la falsedad del momento. La imagen transmite cercanía, pero están muy, muy lejos el uno del otro. Zapatero y Rajoy se han dicho de todo y han demostrado que son incapaces de ponerse de acuerdo en nada que nos saque de esta maldita crisis, que sólo es una oportunidad para perder el trabajo, el piso, el coche y la moral. Algunos dan conferencias y venden libros diciéndonos que la crisis es una oportunidad... la frase queda bien y, quizá, tengan razón en algo, pero somos millones los ciudadanos que deseamos buscar nuevas oportunidades para mejorar en un sistema que, al menos, nos permita sobrevivir.

La política española está enferma. Es ajena al consenso porque sólo busca el partidismo; no mira al largo plazo porque su meta está a cuatro años vista; carece de discurso porque el marketing y la frase publicitaria fácil han contagiado a los oradores que se suben a la tribuna del Congreso; políticos de gran valía están en la sombra sometidos por otros que no dan la talla. Los ciudadanos pedimos soluciones y, para que éstas lleguen, es necesario que el Gobierno y el PP se olviden de las urnas por un tiempo. Los ciudadanos, ahora, no queremos buscar culpables, necesitamos dormir tranquilos y que aquellos en los que hemos depositado la representación de la soberanía popular cumplan con su obligación de trabajar por y para nosotros y no para sus bolsas de votos. Esto no es demagogia, es la pura realidad.

Hace horas que terminó la reunión en Moncloa entre Zapatero y Rajoy, mientras escribo esto escucho una tertulia radiofónica en la que, nuevamente, se tiran los trastos a la cabeza dos diputados del PP y del PSOE. En ellos no existe la autocrítica, sólo oratoria persuasiva, oratoria de guerrilla. Es, sencillamente, lamentable.

1 comentario:

  1. Pues eso es lo que hay, amigo J.D. Así que los dioses nos cojan confesados...

    ResponderEliminar