Rafael Yanes: "Aunque algunos consideran que la persuasión periodística puesta al servicio de la acción política puede convertirse en una herramienta útil para la manipulación de las masas, en una sociedad democrática constituye una técnica necesaria para que el comunicador político se dirija a la ciudadanía con eficacia. Se trata de un modelo de mensaje que siempre tiene intencionalidad y que nunca persigue la objetividad, ya que su finalidad es convencer a los ciudadanos de la bondad de unos determinados planteamientos ideológicos. Como toda actividad periodística, tiene unos límites éticos que pueden resumirse en un decálogo de principios del buen comunicador político". Artículo completo AQUÍ:
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