Hoy, 3 de mayo, con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España hace público el siguiente manifiesto:
"Nuestro más firme compromiso con la defensa de la
libertad de prensa, a la que consideramos un pilar fundamental de la
democracia y elemento imprescindible de la convivencia, el diálogo y el debate
cívico.
La
libertad de prensa es un valor supremo de las democracias que
ha de conjugarse con otros derechos individuales.
La mejor manera de
fortalecer la libertad de prensa es el ejercicio responsable del periodismo por
los periodistas y los editores, basado en el estricto cumplimiento de las
normas éticas y deontológicas.
La
libertad de expresión se debilita cuando el periodismo se convierte en una
fuente de manipulación, de sensacionalismo, de promoción de
odios y prejuicios y de defensa de intereses espurios.
Tenemos la ineludible
exigencia de promover los más altos estándares éticos en el ejercicio diario de
nuestra tarea, sea en el soporte que sea, en el entendimiento de que el
periodismo debe ante todo lealtad a los ciudadanos y a su derecho a la
información.
La libertad de prensa
continúa sufriendo un alarmante incremento de las restricciones, como son las
ruedas de prensa sin preguntas, los contenidos enlatados elaborados por los
partidos, los bloques electorales y las iniciativas de distintas instituciones
de limitar el derecho de información, además de la presión que resisten cada
día periodistas por parte de determinados editores o de medios de carácter
público.
No cabe duda que las
siguientes restricciones hieren de gravedad a la profesión periodística:
La reducción de periodistas en las redacciones, las rebajas salariales
y la sustitución de periodistas
experimentados por becarios y contratados a los que se paga salarios
indignos y que difícilmente podrán resistir las presiones de los poderes por su
inseguridad laboral.
El
vaciado de las redacciones como consecuencia de la crisis no
sólo ha provocado que se registre con demasiada frecuencia una considerable
bajada en la calidad de los contenidos en los medios de comunicación, ahora
ausentes de personas experimentadas con memoria de lo ocurrido en sus entornos,
sino que ha modificado los sistemas de trabajo y ha obligado a reinventarse a
cientos de periodistas despedidos de sus empleos, convertidos ahora en
emprendedores y en responsables de sus propias empresas periodísticas.
De esta forma han surgido
nuevos medios que nacen con la virtud de estar hechos por profesionales del
periodismo. Sin duda es un paso importante y una buena noticia para los
ciudadanos, por lo que supone de aumento de la información y de la pluralidad, aunque
hay que reconocer también que el camino es aún difícil en sus inicios y que los
proyectos deben contar con los suficientes estudios previos y financiación,
para garantizar su viabilidad, evitando
así un fracaso no deseado.
- La aplicación de normas penales desproporcionadas contra quienes,
en el ejercicio legítimo de su derecho a la libertad de opinión y expresión,
informan sobre actividades supuestamente ilícitas de determinadas autoridades
públicas.
- La existencia de contratos de trabajo leoninos, en los
que se exige la cesión total de los derechos de autor, y las ofertas de empleo
indignas, algunas de ellas procedentes de medios dirigidos por periodistas.
- La negativa de los
gobernantes a asumir públicamente explicaciones ante los ciudadanos, practicada
reiteradamente con la convocatoria de ruedas
de prensa sin derecho a preguntas.
- La posible utilización de
las concesiones de publicidad institucional o las licencias de radio y
televisión para castigar o premiar a medios y periodistas en relación con su
línea editorial o la cobertura de una determinada información.
- Los juicios paralelos, la compra de testimonios y la anulación de la
presunción de inocencia, que es uno de los pilares de nuestro sistema de
justicia además de una garantía contra los abusos del poder.
La libertad de prensa, en
definitiva, pierde su fuerza cuando periodistas y medios abandonan las normas
éticas y deontológicas y rompen su compromiso con la sociedad de ejercer el
control del funcionamiento estatal, de la gestión pública y de la corrupción,
esencial en todo sistema democrático.
SIN PERIODISTAS, NO HAY
PERIODISMO SIN PERIODISMO, NO HAY DEMOCRACIA".
Madrid, 3 de mayo de 2014
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