Puede parecerlo, pero el titular no incluye una errata. Zapatero, nuevamente, da un golpe de efecto para salir del pozo de las encuestas y tomar el rumbo de la bonanza económica. Una jugada que lanza como secretario general del PSOE y como presidente del Gobierno con la intención de sacar de la crisis electoral a los socialistas y de la crisis económica al país.
En este cambio de Gabinete, el veterano Rubalcaba será el hombre fuerte como vicepresidente primero, portavoz del Ejecutivo y ministro del Interior (no lo veo como candidato en 2012, aunque algunos analistas dicen que sí lo será). Entran el dialogante Valeriano Gómez (un histórico de UGT que llevará la cartera de Trabajo, a pesar de haber participado en las manifestaciones del 29-S) y el siempre sólido Ramón Jáuregui (pasa al Ministerio de la Presidencia). Igualdad y Vivienda se integran en otros ministerios y la andaluza Rosa Aguilar se queda con Medio Ambiente. De la camarilla que aterrizó en Moncloa con Zapatero en 2004 sólo queda Elega Salgado.
El presidente no tira la toalla, y hace bien. Zapatero quiere hacer todo lo posible para que Mariano Rajoy salga del cuartel general y explique con medidas concretas su hoja de ruta para salir de la crisis (auque no sea el presidente del Gobierno, como jefe de la oposición se espera de él que lo haga). Critican, no sin razón en algunas ocasiones, el optimismo antropológico del líder socialista, pero es esa forma 'alegre' de afrontar la realidad la que le impulsa a dar la cara y a poner las cosas difíciles al PP. La cuestión no es que Rajoy no trabaje o no asista a actos, el problema no es que el presidente de los populares no tenga propuestas concretas creíbles, el quid de la cuestión de la debilidad de Rajoy es que la imagen que proyecta es la del candidato que no dice lo que tiene que decir por miedo a equivocarse. Es probable que el político gallego tenga virtudes suficientes para hacerlo mejor que Zapatero, pero no es eso lo que perciben los españoles, según todas las encuestas.
El PP roza la victoria pero aún hay margen (aunque sea pequeño) para la derrota si no es más valiente y no explica con claridad por qué deben creer en él. Ahora, da la sensación de que las elecciones no las ganará el PP sino que las perderá el PSOE. Parece que los ciudadanos dejarán de votar a los socialistas y no que más electores (en masa) se decantarán por los populares.
Zapatero ha movido ficha para salir de las crisis y para darse una nueva oportunidad como candidato. Tiempo al tiempo.
En este cambio de Gabinete, el veterano Rubalcaba será el hombre fuerte como vicepresidente primero, portavoz del Ejecutivo y ministro del Interior (no lo veo como candidato en 2012, aunque algunos analistas dicen que sí lo será). Entran el dialogante Valeriano Gómez (un histórico de UGT que llevará la cartera de Trabajo, a pesar de haber participado en las manifestaciones del 29-S) y el siempre sólido Ramón Jáuregui (pasa al Ministerio de la Presidencia). Igualdad y Vivienda se integran en otros ministerios y la andaluza Rosa Aguilar se queda con Medio Ambiente. De la camarilla que aterrizó en Moncloa con Zapatero en 2004 sólo queda Elega Salgado.
El presidente no tira la toalla, y hace bien. Zapatero quiere hacer todo lo posible para que Mariano Rajoy salga del cuartel general y explique con medidas concretas su hoja de ruta para salir de la crisis (auque no sea el presidente del Gobierno, como jefe de la oposición se espera de él que lo haga). Critican, no sin razón en algunas ocasiones, el optimismo antropológico del líder socialista, pero es esa forma 'alegre' de afrontar la realidad la que le impulsa a dar la cara y a poner las cosas difíciles al PP. La cuestión no es que Rajoy no trabaje o no asista a actos, el problema no es que el presidente de los populares no tenga propuestas concretas creíbles, el quid de la cuestión de la debilidad de Rajoy es que la imagen que proyecta es la del candidato que no dice lo que tiene que decir por miedo a equivocarse. Es probable que el político gallego tenga virtudes suficientes para hacerlo mejor que Zapatero, pero no es eso lo que perciben los españoles, según todas las encuestas.
El PP roza la victoria pero aún hay margen (aunque sea pequeño) para la derrota si no es más valiente y no explica con claridad por qué deben creer en él. Ahora, da la sensación de que las elecciones no las ganará el PP sino que las perderá el PSOE. Parece que los ciudadanos dejarán de votar a los socialistas y no que más electores (en masa) se decantarán por los populares.
Zapatero ha movido ficha para salir de las crisis y para darse una nueva oportunidad como candidato. Tiempo al tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario