lunes, 5 de diciembre de 2011

El nepotismo de los números


Quedan muy pocos días para que los diputados electos pisen el Congreso, será entonces cuando la soberanía popular vea materializado el ejercicio del sufragio. Pero, por sorprendente que parezca, no todos los votos valen lo mismo

Amaiur, con solo 333.628 sufragios, ha logrado 7 diputados; mientras que IU, con 1.680.810 papeletas, se ha quedado con 11. El caso de UPyD es igualmente sangrante, ya que su 1.140.242 votos, le han dado 5 escaños. ¿Qué quiere decir esto? Que a Amaiur le ha 'costado' cada diputado 47.661 votos y a IU le ha salido por 152.801 y a UPyD por 228.048

Sobre este asunto escribía el domingo 4 de diciembre José Manuel Cabello González, profesor titular de Economía Aplicada de la UMA. Extraigo algunos fragmentos del artículo que publicaba en los diarios del Grupo Joly bajo el título 'La ley d'Hont es inocente'.

"(...) he decidido salir en defensa de una ley que es tan justa o tan injusta como otra cualquiera que pretenda asignar restos de votos, y en cualquier caso, la que menos peso tiene dentro de las tres razones que entiendo distorsionan la máxima de un hombre un voto".

"1.- La circunscripción electoral provincial. (...) si un partido no llega a obtener representación en la provincia, todos sus votos se pierden".

"2.- La asignación de escaños por provincias. El precio en votos que tiene un escaño difiere mucho de una provincia a otra. Así, en Madrid si dividimos su censo electoral por los 36 diputados que elige, cada diputado necesita la friolera de 125.000 votos, mientras que en Soria haciendo la misma operación, sale cada diputado a poco más de 35.000 votos".

"3.- (...). Una ley [d'Hont] cuyo objetivo es repartir los restos de votos. En estos métodos de aproximación a un número entero, siempre vamos a cometer errores, pues de momento los escaños no se pueden dividir".

"Pero, ¿cuál es el motivo para utilizar una ley electoral tan injusta? Pues oficialmente son dos, el primero favorecer las mayorías y evitar la proliferación de partidos pequeños. Pero, claro, esto automáticamente favorece a los grandes partidos ya establecidos y dificulta el ascenso de los nuevos. La segunda razón es la representación territorial, pues se supone que los diputados van a defender los intereses de la provincia por la que salen elegidos. Pero, digo yo, si la realidad es que votan disciplinadamente lo que diga el partido, ¿qué más da de donde sea el diputado? (...)".

Cabello calcula que si sustituimos la circunscripción provincial por la nacional, el reparto de escaños quedaría de la siguiente forma:

- PP: 186 a 166 (pierde la mayoría absoluta).


- PSOE: 110 a 106.


- CIU: 16 a 15.


- IU: 11 a 25.


- Amaiur: 7 a 5.


- UPyD: 5 a 17.

Visto cómo quedaría el reparto de diputados modificando la circunscripción electoral, podemos concluir que no se cambiará jamás. Os paso un vídeo para que entendáis lo esencial de la Ley d'Hont.





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