Pedro Miguel Casado. |
"Cualquier crisis, del tipo que sea, despierta
grandes procesos de desafección en la sociedad"
Juan Diego Sánchez. El Instituto de Comunicación Política (ICP) no tiene fronteras y ya está presente en España. México, Washington DC, Colombia, Ecuador y, ahora, aterriza en el continente europeo. Su director ejecutivo es Pedro Miguel Casado, un analista político y consultor en asuntos públicos que ha trabajado para consultoras internacionales de la talla de Ostos & Sola y Llorente & Cuenca. Conversamos sobre su misión en ICP y los conflictos por resolver entre políticos y ciudadanos.
Juan Diego: ¿Qué actividad desarrolla el Instituto de Comunicación Política?
Pedro Miguel Casado: El Instituto de
Comunicación Política desarrolla su actividad en el campo de la promoción,
investigación, difusión y capacitación en la rama de la consultoría política
con el objetivo de profesionalizar el sector en Iberoamérica.
JD.: ¿En qué
consistirá su papel en ICP?
PMC.: El papel de los directores
ejecutivos del ICP consiste en la difusión de la filosofía del Instituto en su
respectivo país de origen. Mi caso concreto, será establecer líneas de actuación que permitan al Instituto convertirse en un centro de referencia a nivel
nacional donde confluyan el expertise docente y profesional de la
consultoría política, que promueva una formación de calidad a los futuros
consultores políticos o también a los cuadros políticos existentes que quieran
profundizar en áreas clave en la comunicación interna y externa de sus
diferentes formaciones políticas.
JD.: ¿Despierta la consultoría política cada vez más interés entre los jóvenes?
JD.: ¿Despierta la consultoría política cada vez más interés entre los jóvenes?
PMC.: En España, la comunicación política
es una rama que no ha sido muy valorada hasta hace más bien poco. Aún así,
nuestro país siempre ha tenido consultores políticos de mucho prestigio a nivel
internacional. Es por ello que, actualmente, España cuenta con varios programas de formación muy valorados en países
latinoamericanos, ya que un gran número de sus alumnos provienen de estos
países donde si está muy implantada esta disciplina profesional.
JD.: ¿Por qué cree
que existe tanta desafección de los ciudadanos hacia la política o los
políticos?
PMC.: Cualquier crisis, del tipo que sea, despierta
grandes procesos de desafección en la sociedad.
En nuestro país, esta situación se ha visto agravada por la aparición de
diferentes procesos judiciales contra diferentes políticos que han hecho que
las distancias entre políticos y sociedad se agranden. Este tipo de situaciones
hacen despertar en la sociedad un sentimiento de reproche hacía aquellos que
cometen irregularidades en la gestión de las diferentes administraciones
públicas. Este tipo de situaciones, bajo mi punto de vista, hace que se
originen procesos de transparencia en la Administración que hacen ver a la
sociedad que sus continuas reivindicaciones sí son tenidas en cuenta por
aquellos que gobiernan, y que fueron elegidos democráticamente.
Por otra parte, no creo en la afirmación “la sociedad
detesta la política”. Sí es cierto que cada día la gente ve la política
como algo lejano a la realidad social, pero el problema no radica en la política,
sino en los políticos, y sin llegar a la generalidad, en algunos políticos
corruptos. Es necesario que el propio
Estado de Derecho y el marco constitucional de nuestro país, haciendo valer sus
funciones, realice un proceso de limpieza de la clase política exigiendo
responsabilidades hacía aquellos que delinquen bajo el paraguas de su figura
pública. Es la única manera de que la sociedad vuelva a confiar en el sistema,
y a su vez, en los dirigentes políticos elegidos democráticamente.
JD.: ¿Podría ayudar
una comunicación política más cívica
en algo?
PMC.: En lo que respecta a nuestro país,
es necesario que los partidos políticos y las diferentes administraciones
públicas hagan un profundo análisis de la realidad social existente. La
desafección política está provocada en gran medida por la falta de comprensión
social de los diferentes procesos políticos. La sociedad, en su gran mayoría, no comprende qué está sucediendo,
ni por qué se están tomando las medidas económicas que se están llevando a
cabo.
En cualquier proceso de crisis, sea cual sea su origen,
debe de existir un profundo proceso informativo de las causas que la han
propiciado, en el que la sociedad pueda tener una opinión
formada y, a su vez, pueda comprender de mejor forma las posibles medidas que
el Gobierno pueda determinar, sin llegar a intentar convencer de la necesidad o
no, pero sí, por lo menos, de llegar a una sociedad que cada día reclama más
información ante una situación que le afecta directamente.
Por este motivo,
es necesario que la administración pública, y por ende, el Gobierno, establezca
canales de comunicación proactiva, informando a la sociedad de sus políticas e
iniciativas antes de que estas se pongan en marcha, pudiendo establecer de esta
manera un feedback entre Gobierno-sociedad
que les permita corregir aquellas políticas que, por cualquier motivo, no se
ajustan a la realidad social existente.
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