jueves, 15 de noviembre de 2012

Entrevista con Mario Riorda, coordinador del libro '¡Ey, las ideologías existen!'



Mario Riorda.

 

"Todo lenguaje político 

tiene una función ideológica"

 

Juan Diego Sánchez. Este es uno de esos libros que responden a preguntas centrales del pensamiento político. Lo cierto es que, metidos de lleno en el ajetreo de las campañas electorales y corriendo de la mano de la fugacidad de los plazos del trabajo, olvidamos muchas veces dedicar tiempo a la reflexión serena e inteligente. Pero algunos sí hacen esa  parada en el estudio tan necesaria para seguir avanzando. Hoy, os ofrezco un buen ejemplo de ello. El consultor Mario Riorda y la doctora en comunicación Marcela Farré coordinan '¡Ey, las ideologías existen! Comunicación política y campañas electorales en América Latina'. Estamos ante un laborioso estudio comparado que analiza el contenido ideológico de innumerables discursos políticos de campaña. Una obra faraónica que ya tenemos a nuestra disposición y de la que Riorda nos adelanta algunas reflexiones.    

 

Juan Diego: ¿Con qué definición de ideología trabaja el libro?

 

Mario Riorda: Ese fue el gran dilema a la hora de embarcarse en esta investigación, habida cuenta de que existen centenares de definiciones. La ideología es uno de esos términos sometidos a procesos de estiramientos conceptuales en donde se estira tanto que entra todo lo que se pueda imaginar. Por eso, partimos de un relevamiento amplio sin descartar enfoques, desde los neopositivistas hasta aquellos del neomarxismo.

 


Sin embargo, aún creyendo que no abarca la totalidad de enfoques, sostenemos una idea de ideología como un sistema de creencias, ideas más o menos coherente, más o menos completo, orientados a la acción. Hemos detectado la continuidad de ciertos componentes que pueden agruparse como de dos tipos: componentes simbólicos y de políticas. Los primeros se refieren a las ideas, los valores y los espacios referenciales que se revelan –y construyen– desde el discurso; mientras que el componente de políticas, por su parte, se concentra en las propuestas específicas y diferenciales de la ideología, desde las cuales se asume un lugar en el espectro de la política. 

   

Luego de ese arduo paso, pudimos llegar a una matriz integradora con 17 componentes centrales, desde la cual se analizó cada uno de los textos del corpus de la investigación, que son los principales discursos y spots de 38 campañas presidenciales en todos los países de América Latina. Según la mayor o menor presencia de las variables consideradas, se llega a concluir si se trata de un discurso altamente ideologizado, de ideología moderada o de infraideologización (de tendencia homogeneizante). Es decir, ideología alta, media o baja.

JD.: ¿Qué pesa más en las campañas electorales? ¿El envoltorio de la imagen o la ideología?

MR.: Ambas cosas. Vengo sosteniendo repetidamente que ya no hay opciones respecto a la relación con los medios. La política es necesariamente mediática. Y los medios, por ende, reproducen imágenes. Incluso desde aquellos que afirmaban la tesis de la desaparición de las ideologías, lo hacen desde una plataforma absolutamente ideológica. Se tenga una visión optimista o pesimista de la ideología, inicialmente se puede afirmar que todo el lenguaje político tiene una función ideológica. Lo ideológico es inherente a la comunicación política, sin la cual no puede desarrollarse, sostenerse o ser desafiada.

Por eso, más allá de posturas teñidas de pragmatismo, siempre lo ideológico aparece, aun bajo recurrentes contradicciones, sea de manera explícita o implícita. Y ello demuestra que ideología e imagen no sólo no son términos contradictorios, sino que pueden marchar juntos. Incluso académicamente se suele llamar “imagen ideológica” a buena parte explicativa del voto ideológico, considerado no como un voto sofisticado, ni que requiere de mucha información, sino probablemente más asociado a la imagen o el sentimiento que se tenga de un partido o candidato.
  
JD.: El candidato que marca con rotundidad la ideología en sus mensajes, ¿se arriesga a alejarse del voto, muchas veces determinante, de los indecisos

Cristina F. Kirchner.
MR.: No siempre y depende del contexto, y de la competitividad que ese mismo contexto proponga. Ningún candidato deja de plantear discursos ideológicos. Algunos son más explícitos en todo caso. Pero aunque no hubiera competitividad, vale decir que las chances de ganar sean mínimas para un opositor, hemos encontrado resultados diferentes. El libro centra toda su investigación en la etapa electoral, aún así, no tendría dudas en afirmar que, tanto desde que Chávez entra al gobierno, como el kirchnerismo, y más aún con Cristina Fernández de Kirchner como presidenta, ambos representan procesos de fuerte nivel de ideologización.

Hugo Chávez.
Sin embargo, las elecciones en Venezuela en 2006 no tuvieron competitividad. En Argentina, en el año 2007 ocurrió lo mismo, y también en el año 2011. Fueron elecciones en las que se tenía muy claro quién iba a ganar. Pero  aunque venían de procesos hiperideologizados en el gobierno, Venezuela mantuvo alto nivel de ideologización por parte de Chávez durante la campaña, y bajo nivel de ideologización o ideologización moderada por parte de sus contrincantes. Ocurrió con Manuel Rosales como con Henrique Capriles este año. En cambio, en Argentina, la elección del 2007 frente a Elisa Carrió y la de Cristina en 2011 fueron de bajo nivel de ideologización. En el contexto argentino, el bajo nivel de competitividad política posibilitó una merma de la intensidad ideológica tendiente a aumentar el caudal electoral por parte del oficialismo, que ya se sabía claramente ganador con diferencias muy firmes. Sin embargo, el pronóstico de una victoria por casi 40 puntos se sabía desde hacía varios meses antes y no hubo una modificación sustancial, confirmándose ese mismo resultado.

JD.: Según la obra, ¿en qué países de América Latina los partidos políticos apuestan más por los discursos ideológicos?

MR.: En todos. Es bastante transversal el uso moderado a alto. Los resultados finales, en todo caso, demuestran una alta ideologización discursiva promedio en boca de los líderes, y una combinación de alta ideología por un lado, equilibrada con bajo nivel de ideologización por el otro en los spots electorales. Igual sucede con los eslóganes. Simplifico: alto nivel de idelogización promedio que se retransmite por las noticias, ideología equilibrada en los spots y en los eslóganes que se retransmiten por la publicidad pautada.

JD.: ¿Qué podrían ‘copiar’ los estrategas latinoamericanos de la última campaña a la Casa Blanca para mejorar en eficacia?

MR.: No creo que haya sido una campaña que haya marcado un hito de profesionalización y fue bien deslucida tanto de un lado y del otro. Pero como decía Peter Drucker, hay que tratar, no de copiar, sino de copiar bien. Por eso, creo que hay que analizar contextualizadamente  la sofistificación de la generación de bases de datos, especialmente para uso en medios y redes digitales, que hicieron posible interesantes acciones de segmentación, y más precisamente de microsegmentación. He ahí una de las falencias más graves de toda la región de la que sí se puede aprender de EEUU.

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