La Comunicación Cívica (CC) es el eje sobre el que gira mi método de
trabajo (y mi tesis doctoral), que está destinado a todos los que quieren persuadir con la comunicación desde el respeto y la asertividad.
Aunque la CC va dirigida a todo tipo de público, es cierto que nace de una
inquietud muy concreta: la gran desafección que los ciudadanos sienten hacia el
noble e indispensable ejercicio de la política. Es fundamental que desde los
partidos e instituciones se doten de todas las herramientas a su alcance para
dar un vuelco a esta situación, que nada bueno aporta a la democracia. Sin duda
alguna, entre esas herramientas, se encuentra la comunicación, la cual tiene
muchas asignaturas pendientes en el campo de la política, aunque no solo en él:
en la familia, en la empresa y en los centros de enseñanza la comunicación
también puede mejorar.
Con el objetivo de avanzar en estos ámbitos, nace Comunicación Cívica, una forma más transparente, sincera y eficaz de interactuar con nuestros interlocutores, ya sean políticos, empresarios, familiares o amigos. Me refiero a un estilo comunicativo más cercano y adaptado a las exigencias legítimas de quienes nos escuchan o leen. Para transmitir sus valores y principios, he diseñado el Método Cívico (MC), una fórmula de trabajo que dota a los comunicadores de las armas necesarias para comunicar desde la credibilidad y, por tanto, desde la persuasión.
De la semilla del civismo (comportamiento respetuoso entre los ciudadanos) nace el tronco de la Comunicación Cívica y, de este, salen las ramas de la Comunicación Política Cívica (CPC), la Comunicación Organizacional Cívica y la Comunicación Personal Cívica. Este árbol nos da vida y embellece el paisaje, en nuestras manos está darle el agua y los cuidados para mantenerlo sano y fuerte. De ello, depende nuestra democracia y el buen entendimiento entre todos (en las familias, en las empresas, en las instituciones, etc.).
Con el objetivo de avanzar en estos ámbitos, nace Comunicación Cívica, una forma más transparente, sincera y eficaz de interactuar con nuestros interlocutores, ya sean políticos, empresarios, familiares o amigos. Me refiero a un estilo comunicativo más cercano y adaptado a las exigencias legítimas de quienes nos escuchan o leen. Para transmitir sus valores y principios, he diseñado el Método Cívico (MC), una fórmula de trabajo que dota a los comunicadores de las armas necesarias para comunicar desde la credibilidad y, por tanto, desde la persuasión.
De la semilla del civismo (comportamiento respetuoso entre los ciudadanos) nace el tronco de la Comunicación Cívica y, de este, salen las ramas de la Comunicación Política Cívica (CPC), la Comunicación Organizacional Cívica y la Comunicación Personal Cívica. Este árbol nos da vida y embellece el paisaje, en nuestras manos está darle el agua y los cuidados para mantenerlo sano y fuerte. De ello, depende nuestra democracia y el buen entendimiento entre todos (en las familias, en las empresas, en las instituciones, etc.).
Las enseñanzas clave
del método: 6 Leyes de Oro.
El método que he diseñado se basa en la idea del civismo
aplicado a la comunicación, ya sea política, organizacional o personal. Desde
un punto de vista objetivo no hay nada que supere al compromiso que adquirimos
con nuestros interlocutores cuando nos dirigimos a ellos, por tanto, todo lo
que nazca de ese compromiso siempre es positivo para los implicados en el proceso
comunicacional. Estos son los seis elementos estrella sobre los que gira el
método.
C. COMPROMISO. Con el ciudadano que nos escucha, que nos ve, que nos lee. Comunicación
leal, transparente y abierta al feedback.
I. IDEA. Nuestra
comunicación debe traducirse siempre en una idea clave, en un mensaje. Tenemos
que dejar claro qué queremos decir.
V. VALOR. Esa
idea clave o mensaje debe ser valioso para el emisor pero también para su
interlocutor. Ese valor despertará el interés de los demás por atenderle. Si no
le prestan atención, el éxito es imposible.
I. INFLUENCIA. Está presente en nuestras vidas constantemente y no debemos renunciar a
ella por considerarla ilegítima o deshonesta, porque, sencillamente, no lo es.
Lo ilegítimo y deshonesto es mentir. No toda comunicación busca influir pero
para influir siempre se necesita comunicar.
C. CREDIBILIDAD. La credibilidad es el camino más eficaz para llegar a la influencia.
O. ORDEN. Detrás
del mensaje que nos hace creíbles hay un
orden premeditado que no es fruto del azar. Nuestro discurso no puede
estar regido por el caos, debe levantarse sobre una estructura.
La expresión Comunicación Política Cívica nació en este blog el 28 de marzo de 2010, aquí os paso entrevistas con catedráticos, intelectuales y consultores que valoran la CPC.
- Alfredo Dávalos López, consultor político y profesor.
- Pedro Miguel Casado, director ejecutivo de ICP España.
- Daniel Ivoskus, consultor político y responsable de la organización de la Cumbre Mundial de Comunicación Política.
- Víctor Sampedro, catedrático de Opinión Pública y Comunicación
Política URJC.
- Daniel Eskibel, psicólogo y consultor político.
- Ismael Crespo, director de Más Poder Local y catedrático de
Ciencia Política.
- Óscar Espiritusanto, fundador de PeriodismoCiudadano.com.
- Javier del Rey Morató, profesor de Ciencia Política y Teoría
General de la Información en la Universidad Complutense de Madrid.
- Antoni Gutiérrez-Rubí, asesor
de comunicación.
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