Zapatero: "Estamos mejor de lo que parece y lo vais a vivir"
Son las 22.30 horas y he repasado las portadas de algunos periódicos digitales. Una de las noticias más destacadas es el discurso que ha ofrecido Zapatero en Ferraz con motivo del X aniversario de su llegada a la secretaría general del PSOE. La Razón, ABC, El Mundo, El País, Sur, Málaga Hoy y La Opinión de Málaga lo tienen muy claro, el titular de la jornada es la coletilla final de la intervención del presidente del Gobierno: "No estamos tan mal. Estamos mejor de lo que parece y lo vais a vivir". Este mensaje no es nuevo, es exactamente el mismo que empleó para derrocar en el año 2000 a José Bono en el XXXV Congreso que lo aupó a la cúspide del PSOE.
Hace diez años los socialistas estaban en la oposición y muy debilitados, y el Partido Popular parecía imbatible. Necesitaban un líder y eligieron entre Bono y un jovencísimo Zapatero. El discurso del primero dibujaba un partido en la ruina que necesitaba a un salvador; la intervención del segundo se centró en los aspectos más positivos del panorama, en la esperanza y en la ilusión por volver al poder. Ganó por sólo nueve votos, pero ganó. La carta del optimismo le ha funcionado muchas veces a Zapatero y parece que quiere jugarla de nuevo.
Para el secretario general de los socialistas, ni su partido ni España deben tirar la toalla. Asegura que "no estamos tan mal", que "estamos mejor de lo que parece". Sinceramente, no sé cómo estamos los españoles ni cómo están los socialistas, pero debe medir muy bien sus palabras para no caer, de nuevo, en un optimismo infundado. A sus compañeros, es normal que les lance un mensaje mitinero para levantar el ánimo que las encuestas y el boca a boca de la calle laminan, pero cuando los receptores son los ciudadanos, ha de tener mucha precaución.
Uno de los errores más lamentables de la deteriorada política de comunicación del presidente, fue negar durante tanto tiempo la crisis económica. Esconder lo evidente dilapidó su credibilidad. El optimismo no es negativo, forma parte del discurso de las emociones, de su manera de llegar al corazón de los ciudadanos, pero sería un error volver al año 2008. Zapatero confiesa que es "optimista porque conozco las potencialidades de España y de los españoles" y parece un buen motivo para mantener la esperanza ante la crisis, pero siempre y cuando trabaje otros mensajes e ideas:
- La situación es difícil. Nada de brotes verdes que no existen.
- Saldremos de la crisis, pero con el sacrificio de todos. No con el sacrificio de una parte.
- En momentos como éste, es cuando los españoles debemos estar más unidos (pero también el partido. No puede ir cada uno por su parte transmitiendo una imagen de debilidad y desconcierto).
- Soy optimista, pero también soy consciente de los problemas que tenemos.
- Reconozco que me he equivocado, pero hemos retomado el rumbo correcto.
- Mi máxima prioridad es salir de la crisis y generar empleo, no los votos.
- Hacer lo posible para evidenciar que el Gobierno tiene un plan, a diferencia de otros.
Los mensajes optimistas son bien recibidos por los ciudadanos, pero cuando el optimismo dibuja un panorama totalmente ficticio genera un perverso efecto bumerán. Lo mismo ocurre con el pesimismo, si el PP se pasa de catastrofista y no deja claro que tiene un plan alternativo, corre el riesgo de perder el partido en el minuto noventa. Los populares deben tener presente que no es suficiente con ser una alternativa real, también hay que parecerlo; vivimos en el mundo de las percepciones. Aún hay partido.
Son las 22.30 horas y he repasado las portadas de algunos periódicos digitales. Una de las noticias más destacadas es el discurso que ha ofrecido Zapatero en Ferraz con motivo del X aniversario de su llegada a la secretaría general del PSOE. La Razón, ABC, El Mundo, El País, Sur, Málaga Hoy y La Opinión de Málaga lo tienen muy claro, el titular de la jornada es la coletilla final de la intervención del presidente del Gobierno: "No estamos tan mal. Estamos mejor de lo que parece y lo vais a vivir". Este mensaje no es nuevo, es exactamente el mismo que empleó para derrocar en el año 2000 a José Bono en el XXXV Congreso que lo aupó a la cúspide del PSOE.
Hace diez años los socialistas estaban en la oposición y muy debilitados, y el Partido Popular parecía imbatible. Necesitaban un líder y eligieron entre Bono y un jovencísimo Zapatero. El discurso del primero dibujaba un partido en la ruina que necesitaba a un salvador; la intervención del segundo se centró en los aspectos más positivos del panorama, en la esperanza y en la ilusión por volver al poder. Ganó por sólo nueve votos, pero ganó. La carta del optimismo le ha funcionado muchas veces a Zapatero y parece que quiere jugarla de nuevo.
Para el secretario general de los socialistas, ni su partido ni España deben tirar la toalla. Asegura que "no estamos tan mal", que "estamos mejor de lo que parece". Sinceramente, no sé cómo estamos los españoles ni cómo están los socialistas, pero debe medir muy bien sus palabras para no caer, de nuevo, en un optimismo infundado. A sus compañeros, es normal que les lance un mensaje mitinero para levantar el ánimo que las encuestas y el boca a boca de la calle laminan, pero cuando los receptores son los ciudadanos, ha de tener mucha precaución.
Uno de los errores más lamentables de la deteriorada política de comunicación del presidente, fue negar durante tanto tiempo la crisis económica. Esconder lo evidente dilapidó su credibilidad. El optimismo no es negativo, forma parte del discurso de las emociones, de su manera de llegar al corazón de los ciudadanos, pero sería un error volver al año 2008. Zapatero confiesa que es "optimista porque conozco las potencialidades de España y de los españoles" y parece un buen motivo para mantener la esperanza ante la crisis, pero siempre y cuando trabaje otros mensajes e ideas:
- La situación es difícil. Nada de brotes verdes que no existen.
- Saldremos de la crisis, pero con el sacrificio de todos. No con el sacrificio de una parte.
- En momentos como éste, es cuando los españoles debemos estar más unidos (pero también el partido. No puede ir cada uno por su parte transmitiendo una imagen de debilidad y desconcierto).
- Soy optimista, pero también soy consciente de los problemas que tenemos.
- Reconozco que me he equivocado, pero hemos retomado el rumbo correcto.
- Mi máxima prioridad es salir de la crisis y generar empleo, no los votos.
- Hacer lo posible para evidenciar que el Gobierno tiene un plan, a diferencia de otros.
Los mensajes optimistas son bien recibidos por los ciudadanos, pero cuando el optimismo dibuja un panorama totalmente ficticio genera un perverso efecto bumerán. Lo mismo ocurre con el pesimismo, si el PP se pasa de catastrofista y no deja claro que tiene un plan alternativo, corre el riesgo de perder el partido en el minuto noventa. Los populares deben tener presente que no es suficiente con ser una alternativa real, también hay que parecerlo; vivimos en el mundo de las percepciones. Aún hay partido.
Me quedo con lo del desconcierto que se respira en el ambiente político...pero también con el dramatismo que quieren transmitir los medios y que, de hecho, lo están logrando, no sé si para ganar audiencia!! Y pensar que llevamos dos años escuchando hablar de la crisis!! Que si se percibe un cierto repunte económico...pero aumenta el paro... que si hay mejoras... no sé no sé...la noche y los políticos me confunden!!
ResponderEliminarLos partidos políticos nos han metido en una campaña electoral permanente cargada de críticas y malos modos. La Prensa, por su parte, ha menospreciado otros enfoques de la realidad para abrazar el eterno encuadre conflictivo. Lo hace no sólo por ganar audiencia (es la forma facilona de hacerlo, hay otras vías), sino también por motivos ideológicos y económicos. En general, la Prensa que se hace desde Madrid (y que es la calificada como de referencia)está muy ideologizada. No es extraño que en los sondeos del CIS exista tanto rechazo ciudadano hacia los políticos (pagando la Política, con mayúsculas, los platos rotos de los primeros)y que la Prensa no tenga la credibilidad que debiera.
ResponderEliminarGracias por formar parte de este blog.
Saludos.
Juan Diego.