Guillermo López |
"Es necesario que los ciudadanos adquieran una actitud de vigilancia hacia el poder"
Juan Diego Sánchez. Internet toma de nuevo el protagonismo en Comunicación a la Deriva. Acompañados de las reflexiones del profesor Guillermo López, planteamos algunas propuestas sobre el uso que los ciudadanos, los gobiernos y los partidos políticos pueden dar a la Red. López es profesor Titular de Periodismo en la Universidad de Valencia, ha publicado varios trabajos sobre campañas electorales y representación política en Internet y codirige dos publicaciones de análisis político en clave satírica: La Página Definitiva y La Paella Rusa. También podéis seguirlo en su blog, Chapapote Discursivo.
Juan Diego: Se habla mucho de los beneficios de Internet para la democracia, pero ¿qué pueden hacer los gobiernos para pasar de las palabras a los hechos?
Guillermo López: Pueden hacer muchas cosas. La cuestión es si quieren hacerlas. Muchos creen que por poner las iniciativas del ayuntamiento o de la administración en la red ya están contribuyendo a generar un espacio cívico democrático. Pero con eso no basta. Ni siquiera es el mínimo. Los poderes públicos podrían emplear la red como canal bidireccional, con el que canalizar la opinión de los ciudadanos respecto de una serie de temas y acercarse a sus preocupaciones.
JD.: Los partidos políticos han entrado en las redes sociales, ¿le parece correcto el enfoque que le han dado? ¿Qué pueden mejorar?
GL.: Creo que los partidos políticos reproducen en las redes sociales -con algunas excepciones- el mismo dispositivo comunicativo que en los medios convencionales: declaraciones efectistas, un discurso absurdamente crispado (y acartonado), y una tendencia preocupante a encerrarse en sí mismos y solo discutir entre ellos, dejando al margen a los ciudadanos no partidistas. Por tanto, podrían mejorar muchas cosas. De entrada, entender que el espacio público es de todos, y que el discurso que igual queda bien en un corte de voz de medio minuto para una emisora de radio es totalmente ridículo como mensaje de Twitter.
JD.: En época de elecciones, ¿qué línea de trabajo piensa que podrían seguir los partidos en Internet?
GL.: Para empezar, tendrían que intentar que no se notase demasiado que están en campaña. La mayoría de los ciudadanos no reaccionan positivamente al ver cómo los partidos políticos se dedican a inundar el espacio público de proclamas propagandísticas. Puede que los más afines lo agradezcan, pero a los demás o bien les resulta indiferente o, sencillamente, les molesta. También creo que habla muy poco en favor de los partidos seguir pensando en Internet cuando hay campaña electoral, solo para abandonarlo al día siguiente. No hay nada peor que un blog 'cadáver', que lleva meses sin actualizarse... Salvo un perfil de Twitter o Facebook 'cadáver'.
JD.: ¿Ve viable que, en el futuro, los ciudadanos voten desde casa por Internet medidas concretas del Gobierno de especial relevancia?
GL.: Creo que puede funcionar muy bien en el ámbito local, pero no tanto cuando pasamos a gobiernos de ámbito regional o nacional. Los índices de participación, sobre todo, si se generaliza el sistema, podrían ser bajísimos, lo que acabaría desnaturalizando el proceso democrático. Entiendo que, en democracia, no es necesario que los ciudadanos lo voten todo. Sí lo es, en cambio, que adquieran una actitud de vigilancia hacia el poder, y que le pidan cuentas (no solo cada cuatro años, sino continuamente, mediante el debate público). Pero la votación de aspectos concretos de la gestión pública, mediante referéndum, debería ser más bien esporádica.
JD.: ¿Ha reaccionado muy tarde la prensa al impacto de Internet? ¿Qué puede hacer para mantener su negocio?
GL.: Más que reaccionar tarde, no han sabido cómo reaccionar. Ni ellos, ni nadie. No es cuestión de falta de pericia, sino de que los cambios que está generando Internet están siendo tan rápidos como profundos. El negocio de la prensa convencional solo es viable con muy pocas cabeceras, con audiencias muy grandes, y con un mercado publicitario concentrado. Pero ese escenario ya no existe, y no van a poder resucitarlo. Probablemente, en el futuro, tengamos redacciones más pequeñas y medios más focalizados a cuestiones específicas; un modelo más sostenible que el actual.
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