Después de los varapalos de las municipales y de las generales, los socialistas consiguen un balón de oxígeno en Andalucía. Arenas ganó las elecciones y marcó una fecha histórica en el calendario de hitos políticos, pero detrás de esta meta alcanzada hay un precipicio. El líder popular ha dado jaque al todopoderoso socialismo andaluz, logra 50 escaños y suma más votos que sus rivales, pero no ha rematado la partida, le ha faltado encontrar la jugada del mate.
De estas elecciones, saco cuatro ideas clave de manual:
- La unanimidad de las encuestas no garantizan la transformación del pronóstico en realidad.
- Hay victorias (incluso históricas) que dejan un sabor muy amargo.
- Puedes perder la batalla electoral y brindar tras el recuento de votos.
-Una vez más, queda claro que la corrupción pasa una factura muy barata y que una baja abstención también puede perjudicar al PP.
Cuatro mensajes para el PSOE:
- Los 47 escaños no equivalen a una sentencia absolutoria.
- Griñán debe reformar la estructura y funcionamiento del partido.
- Si logra formar gobierno, el líder socialista ha de depurar responsabilidades por los casos de corrupción e implantar un sistema de transparencia que aumente los controles antifraude.
- Si para garantizar la supervivencia del Estado del bienestar tiene que hacer recortes, que los haga, aunque se quede sin el apoyo de IU.
Cuatro mensajes para el PP:
- Los 50 escaños te convierten en el partido más votado, pero no necesariamente en el partido de gobierno. En Asturias, ha ganado el PSOE y se quedará, probablemente, en la oposición (eso es legal y legítimo).
- Las campañas electorales hay que aprovecharlas al máximo y eso incluye debatir con tus rivales sea donde sea y sea como sea [como dijo el propio Arenas en las elecciones de 2008].
- Los ciudadanos exigen una oposición constructiva. No apoyar aquello que se considera negativo para la sociedad es sensato, no apoyar por sistema la gestión de los gobiernos es una aberración democrática.
- La acción del Ejecutivo de Rajoy no debe estar condicionada por los resultados electorales si está convencido de que hace lo mejor para España. Es un error empecinarse en no escuchar al pueblo cuando levanta su voz, pero también lo es no hacer lo que se debe con tal de llenar las urnas de votos. Son tiempos para el diálogo social (escuchar) y para el sentido de Estado (actuar con valentía).
Cuatro intentos, casi cuatro derrotas:
Cuatro intentos por hacerse con la presidencia de la Junta son muchos intentos, hay que pasar página y trazarse nuevos retos, no todo es ser el presidente de los andaluces, se puede trabajar por la tierra de uno desde muchas atalayas. Arenas tiene la obligación moral de buscar un nuevo líder-candidato, en el PP andaluz hay cantera.
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