"El Estado desplaza la
iniciativa de la sociedad civil y la acaba adormeciendo"
Julio Pomés. |
Juan Diego Sánchez. Llevaba meses con ganas de hacerlo y, por fin, he dado el paso. Hoy, os presento una entrevista extraordinariamente interesante con un think tank (laboratorio de ideas) español. De la mano de Civismo, vamos a conocer otra visión de la crisis, tanto de las razones que nos han llevado a ella como de la forma de alejarnos de la misma. Julio Pomés, presidente de Civismo, da una estocada en cada frase de esta entrevista. Esta organización busca el "fomento de la sociedad civil en España y el ejercicio de las libertades personales y económicas", bajo estos principios nos ofrece otra manera de ver la realidad. En su blog, podéis leer otras opiniones de interés.
Juan
Diego: ¿Por qué estamos en crisis?
Julio Pomés:
Hasta 2007, vivimos en una borrachera de
crédito, ahora sufrimos la resaca. Debido en gran parte a los bajos tipos
de interés fijados por el Banco Central Europeo y a que nuestro país resultaba
muy atractivo para las inversiones, nos descuidamos y creímos que se podía
crecer indefinidamente haciendo las cosas mal: una legislación laboral propia
de la época de Franco, un Estado cada vez más caro, diecisiete miniestados... Los siete años de Gobierno de Zapatero
tampoco nos han salido gratis, porque España retrasó mucho la introducción
de reformas fundamentales y ahora el PP las está introduciendo con cuentagotas,
por lo que Europa no nos cree.
JD.: ¿Cuál
es la receta de Civismo para salir de la crisis?
JP.: Hay varios puntos. El
más inmediato es recuperar la
credibilidad de los inversores, para lo que tenemos que seguir ajustando
los gastos. Muchas veces no se trata de cuánto sino de cómo. El Estado puede gastar menos simplemente
siendo más eficaz. Por ejemplo, Suecia consiguió recortar el gasto 8 puntos
porcentuales del PIB cuando privatizó los servicios públicos y facilitó bonos a
los ciudadanos para contratarlos. Como las empresas tenían que competir por los
clientes se las ingeniaron para ofrecer el mismo servicio a menor coste.
También necesitamos una regulación que no impida que se creen
puestos de trabajo. Tenemos que abandonar la rigidez, porque la seguridad
que nos vende el Estado es una ficción que impide el acceso al mercado de
trabajo a millones de personas. Los
españoles no somos productivos por el corsé que suponen los convenios y a causa
de los impuestos. Como hemos calculado en Civismo recientemente, Hacienda
se lleva la mitad de un sueldo medio en España. Si quieren escandalizarse, les
recomiendo que entren a www.civismo.org/calculadora y
saquen la cuenta del tiempo que trabajan para Hacienda. Si se rebajaran las
cuotas de la Seguridad Social, los empleados verían mejor retribuido su trabajo
y se esforzarían más, por lo que a los empresarios también les convendría
contratar a más personas. Si queremos recaudar más, no se trata de exprimir a
unos pocos, sino de que todos puedan contribuir.
JD.: ¿Qué
opinión le merece el papel que juegan los sindicatos?
JP.: Patronal y sindicatos han sido muy egoístas, dañando los intereses de
otros muchos trabajadores y empresarios. Pondré otra vez el ejemplo de
Suecia. Contaba mi amigo Mauricio Rojas, que fue director del think tank Timbro (Estocolmo), que en Suecia
fue posible una reforma laboral y de los trabajadores públicos en profundidad
porque es una sociedad tan igualitaria que no está nada bien visto que alguien
tenga privilegios, así que no había ningún grupo de presión interesado en que
los cambios no salieran adelante. Los sindicatos no sólo no han aportado
soluciones para hacer que nuestra economía sea más competitiva, sino que han
puesto el freno de mano a todo atisbo de reforma.
JD.: ¿Está
sana nuestra sociedad civil?
JP.: Está muy poco
desarrollada, muchos españoles tienen
miedo a implicarse en un proyecto, falta de ilusión. El miedo al fracaso
paraliza y elimina todas las posibilidades de éxito. Hay muchos movimientos que
tratan de tomar el liderazgo, como el 15M, pero se han quedado reducidos a eslóganes
vacíos de contenido que se quedan en la superficie. Si queremos corregir los
fallos de nuestro sistema hay que entender cuál es la causa y cuál el efecto.
La labor de Civismo es, por eso, pedagógica, tratamos de avivar el debate de una opinión pública instruida en torno
a políticas públicas para que esta sea más fuerte y pueda influir
verdaderamente en la marcha de nuestro país.
JD.: En
líneas generales, ¿interviene el Estado demasiado en las vidas de los
ciudadanos?
JP.: La razón de que la
sociedad civil no tenga protagonismo es la excesiva relevancia del sector
público. El Estado desplaza la
iniciativa de la sociedad civil, por lo que la acaba adormeciendo. Nos
hemos acostumbrado a pagar para que el Estado resuelva nuestros problemas,
cuando sería mejor que la sociedad civil se organizara. Cuando nos implicamos
en algo es porque nos interesa y entonces somos capaces de ofrecer lo mejor de
nosotros mismos. En cambio, cuando el
Estado ofrece un servicio, nos quita la oportunidad de buscarlo en el mercado o
de proveerlo de una forma más racional, nos bloquea y nos quita recursos
para buscar una alternativa.
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