lunes, 17 de septiembre de 2012

La campaña electoral más mediática del planeta




Juan D. Sánchez. Cada vez está más cerca. Paso a paso, camina firme hacia su destino inexorable. La campaña electoral más mediática del planeta roza con la yema de los dedos sus momentos más intensos. El 6 de noviembre Estados Unidos elige entre demócratas y republicanos, entre Obama y Romney, entre dos modelos de sociedad diferentes. Marketing Político en la Red nos propone vivir toda la emoción de este choque de colosos en primera línea, nada más y nada menos, que en Washington DC. Su director de Comunicación, David Iglesias, repasa los temas más candentes de la campaña y nos da algunas claves de América Elige, un evento que se desarrollará entre el 4 y el 7 de noviembre y que te permitirá saborear un acontecimiento de los que dejan huella.


David Iglesias.
Juan Diego.: ¿Cómo marchan los 
preparativos de América Elige?

David Iglesias: Muy bien, con la cuenta atrás activada. Estamos ultimando el programa, ponentes… Las inscripciones ya están abiertas. ¡Sólo queda hacer hueco en la agenda y reservar uno de los 100 espacios disponibles!

JD.: ¿Qué hace que esta cita sea tan especial?

DI.: Sin duda vivir en directo y ser testigo en primera persona de cómo se desarrollan unas elecciones presidenciales en la capital mundial de la política, Washington DC. Queremos que AMERICA ELIGE 2012 no sea un simple congreso, sino una experiencia inolvidable. De ahí que hayamos mezclado actividades prácticas, “de campo”, con las conferencias que ofrecerán algunos de los mejores expertos estadounidenses sobre cómo ganar unos comicios (estrategias, redes sociales, mensajes…). Entre otras actividades, visitaremos el flamante Newseum (museo de las noticias), acudiremos a un centro de votación, haremos un simulacro electoral y analizaremos en directo los resultados a través de nuestra “situation room”.

JD.: ¿Qué dicen las encuestas sobre las elecciones de noviembre?

DI.: Por el momento, Obama lleva la delantera. Aventaja en 3,5 puntos al candidato republicano, Mitt Romney. Sin embargo, las encuestas oscilan constantemente, y ha sido interesante ver cómo ha variado la gráfica estos días. La convención republicana dio a Romney impulso en los sondeos, llegando a igualar al presidente, pero esto fue un espejismo que duró pocos días, los que tardó el Partido Demócrata en celebrar su convención en Charlotte, de la que salió muy fortalecido Obama, que volvió a aumentar su ventaja en los sondeos.

Así pues, Obama va por delante, pero no lo suficiente como para pronosticar claramente un resultado. Esa ha sido la tendencia de los últimos meses: Obama por encima de Romney… pero este pisándole los talones. Habrá que esperar a los debates para ver cómo fluctúan estas gráficas.

JD.: ¿Cuáles son los dos temas principales de campaña?

DI.: Este ciclo electoral va de la economía. Cualquier otro tema es secundario. Estados Unidos ha salido de la crisis, sí, pero la recuperación económica no es lo suficientemente sólida como para que los ciudadanos la sientan en su día a día. Los precios de la gasolina están muy cerca de los 4 dólares el galón (cualquier cifra por encima de 3 es mala para un presidente que aspira a la reelección). El desempleo se ha mantenido varios meses en el 8,2% (la semana pasada disminuyó un punto porcentual). De nuevo tasas muy altas para lo que es costumbre en Estados Unidos. Además, la incertidumbre de Europa no favorece el despegue económico americano, y no son pocos los que creen que, de complicarse la situación en el Viejo Continente, Estados Unidos vuelva a entrar en recesión.

En estas circunstancias, lo que preocupa al americano medio es cómo se van a crear más empleos y se va a revertir la difícil situación económica. A veces despuntan temas sociales (como el aborto, a raíz de las polémicas declaraciones de Todd Akin, candidato al Senado por el estado de Missouri), que duran varios días en la agenda de los medios. Pero, al final, siempre se vuelve a la economía. 

JD.: ¿Por qué ha fichado Romney a Ryan como candidato a vicepresidente? Parece que Obama lo ha convertido en una diana fácil para sus críticas...

Paul Ryan.
DI.: Se ha especulado mucho con el porqué. ¿Es una imposición del partido? ¿Realmente hay química entre ellos? Ciertamente sorprendió que el moderado Romney escogiera a un político de perfil “duro”, nada más y nada menos que el que ha sido el martillo de los demócratas en el Congreso en lo que a materia presupuestaria se refiere. Ryan es, en cierto modo, la Angela Merkel de Estados Unidos, un político muy centrado en frenar el déficit y la deuda a cualquier precio. Al igual que la canciller alemana, pide austeridad en dosis fuertes, y a Ryan no le ha temblado el pulso para proponer reformar de arriba abajo el Medicare, el programa de seguro social sanitario que reciben los mayores de 65 años.

Así pues, Ryan cumple a la perfección el papel de experto en economía que la situación demanda, y mucho le costará al Vicepresidente Joe Biden debatir con él cuando llegue el debate entre los escuderos de Romney y Obama.

Ryan es prudente y obediente, pero aún así existe el riesgo de que eclipse al propio candidato, como le sucedió a McCain en 2008 con la ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin. Habla con más soltura, gesticula mejor y la cámara le favorece más.

Más allá de cuestiones de imagen, es conocido por aferrarse a sus principios, algo de lo que no puede hacer gala un Mitt Romney al que se le acusa de decir hoy lo contrario de lo que hizo ayer cuando gobernaba el estado de Massachusetts.

En cualquier caso, Romney necesitaba un revulsivo para subir las expectativas antes de la Convención Republicana en Tampa, y sin duda el nombramiento de Ryan surtió efecto. Además, ha logrado contentar al ala más “dura” del partido, para quien el perfil de Romney era intragable, y así unir a todos los republicanos de cara al 6 noviembre.

JD.: ¿Cuáles son los grandes proyectos que Obama no ha podido hacer realidad en su legislatura?

Obama.
DI.: Los cuatro años de Obama al frente de la Casa Blanca han sido curiosos en materia de políticas realizadas. La sociedad americana está descontenta con su actuación, y no cree que haya hecho lo suficiente. Sin embargo, ha logrado implementar legislación histórica para los estándares de un país como Estados Unidos. En una nación en la que no tener seguro médico arruina a familias enteras, demostró que sí es exigible lo que en Europa es de sentido común: que todo el mundo tenga un seguro médico. Asimismo, rescató al sector del automóvil, salvando numerosos puestos de trabajo.

En política exterior, ha combinado poder blando con poder duro. Por un lado, una resistencia superior a emplear la fuerza y exprimir al máximo el poder de la diplomacia pública a través de la incansable actividad de Hillary Clinton. Por otro, fuerza contundente en momentos clave, como la muerte de Bin Laden. Habrá que ver cómo encaja en este esquema la ola de ataques en Oriente Medio contra Estados Unidos de estos días. Entre sus mayores logros, haber dado carpetazo a la guerra de Irak.

Así pues, Obama sí ha tenido una destacada actividad. Pero, más allá de la percepción de que no ha sido suficiente, existe la sensación de ocasión perdida en capítulos como la reforma migratoria, clave para la comunidad hispana. Ni siquiera se llevó a cabo el “Dream Act”, una ley que prevé un camino hacia la nacionalización a hijos de inmigrantes indocumentados. Muchos se preguntan por qué no acometió el presidente estos proyectos antes de las elecciones de 2010, en las que perdió la mayoría en la Cámara de Representantes.

Tampoco ha tenido éxito Obama con sus programas energéticos y ecológicos, radicales con lo que venía siendo costumbre en Estados Unidos. Consumir menos energía, crear industrias más ecológicas, etc. El presidente quedó en entredicho con el fracaso de proyectos como el de la planta de energía solar Solyndra, en California. Su negativa a aprobar el oleoducto Keystone también ha despertado sentimientos encontrados.

JD.: ¿Sigue levantado la oratoria de Obama tanto entusiasmo como en 2008?

DI.: No. 2008 fue un momento único e irrepetible en la historia de Estados Unidos. Se dieron un cúmulo de circunstancias muy concretas que hicieron que Obama ganara con un discurso emocional, enérgico, positivo, de mirar hacia el futuro… Hoy el contexto es muy diferente, y su retórica más pausada. Aumentó el ritmo con su discurso de la convención en Charlotte, pero habrá que seguir analizando cómo se desarrolla en las próximas semanas y en la recta final de la campaña para sacar conclusiones más exactas.





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