El profesor Paniagua. |
"Cada vez leemos más noticias cuya fuente de origen es un ciudadano"
Juan Diego Sánchez. De la mano del profesor de Periodismo de la UMA y director del Secretariado de Comunicación de la UNIA, Francisco Javier Paniagua, abordamos algunos de los temas del libro 'La Comunicación Política y las Nuevas Tecnologías' (Catarata). Estamos ante una interesante obra colectiva en la que participan quince expertos que tienen mucho que enseñarnos, entre los que se encuentra el catedrático Ismael Crespo, ya conocido en Comunicación a la Deriva. Recomiendo la lectura de este libro por la actualidad y la enorme trascendencia de los asuntos que trata para el periodismo, la política y la democracia.
Juan Diego: ¿Qué relación mantienen la comunicación política y las nuevas tecnologías?
Francisco J. Paniagua: Curiosamente, en mi tesis doctoral, en el año 2000,
ya me preguntaba qué podían aportar las Nuevas Tecnologías a la política. Como
siempre, frente a las tesis más optimistas y esperanzadas, que apostaban por la
puesta en práctica de una democracia deliberativa y participativa integral con
el apoyo de Internet, surgió también una visión más pesimista o negativa, según
la cual el sistema dominante de la democracia sería capaz de reabsorber para su
propia conservación este soporte y las posibilidades que en un principio
apuntaba.
La
pregunta quizá es, si las Nuevas Tecnologías han cambiado este panorama, si
realmente han acercado la política a la ciudadanía de verdad. ¿Realmente facilita Internet el contacto
entre la ciudadanía y el gobernante? ¿Hay realmente un intercambio de
mensajes entre políticos y ciudadanía en las redes sociales? ¿Mejoran las
relaciones internas en el seno de un partido político tan erosionadas en los
últimos tiempos? Sinceramente, hoy, 12 años después, sigo teniendo muchas dudas
en algunas de las cuestiones.
Y
creo que si hacemos un análisis en profundidad, probablemente nos salga algo de
esto; ya que, en mi opinión, y aunque es verdad que la ciudadanía se ha ganado
su espacio y su fuerza en la agenda de las redes sociales e incluso en la de
los medios tradicionales, mucho me temo que, la denominada polarización mediática en nuestro país podría trasladarse
a las redes sociales. Ojalá me equivoque, porque el espíritu de esta
herramienta es precisamente todo lo contrario.
JD.: ¿Cómo puede contribuir Internet a
la mejora de la transparencia de los gobiernos?
FJP.: Bueno, precisamente este tema está muy bien analizado en el libro por
Álvaro V. Ramírez-Alujas. Una verdadera
democracia, para ser realmente efectiva, debe facilitar el acceso a la
información para poder analizar con
sus propios criterios los asuntos de gobierno, es decir, los ciudadanos tienen
el derecho a estar informados de las decisiones y las acciones llevadas a cabo
por los gobiernos. No olvidemos que los ciudadanos son los verdaderos
“accionistas” de una ciudad, de un país o una comunidad, porque contribuyen con
sus impuestos a su construcción, día a día. Para eso es necesario que las
instituciones abran sus puertas y sus ventanas al público, e Internet es sin
duda esa gran ventana. Hay mucha gente que está trabajando y defendiendo esta
línea. Quizá las preguntas en este sentido serían, ¿los gobiernos se lo creen?
¿Le interesa? ¿Qué hacen para favorecer esa transparencia y abrir sus ventanas
y sus puertas? Se han dado pasos
importantes, pero queda un largo camino por recorrer
JD.: ¿Ha dado la Red poder a los
ciudadanos en detrimento de los medios de comunicación?
FJP.: El Libro Blanco de los medios sociales define las redes sociales como plataformas digitales de comunicación que devuelven el poder al usuario para generar contenidos y compartir información, a través de perfiles privados y públicos, para expresarse, compartir, divertirse e informarse. No sabría decirle si la Red ha dado poder al ciudadano en detrimento de los medios tradicionales. Lo que sí es cierto, es que hasta ahora, la audiencia tenía poco o ningún peso en la agenda mediática, y por tanto en la decisión de sobre qué temas debatir; y ahora, gracias a Internet y especialmente a las redes sociales, este panorama ha cambiado. Cada vez más vemos, leemos o escuchamos más noticias, cuya fuente de origen no es un político, una institución o una gran empresa, sino que es un ciudadano o una ciudadana. No obstante, incluso en las redes sociales, el peso de contenidos procedentes de instituciones, partidos políticos y organizaciones, todavía es alto en según qué conversaciones o según qué temas.
JD.: ¿Está la prensa en coma?
FJP.: Yo creo que no. Sí pienso que está
noqueada, porque ha tardado demasiado tiempo en reaccionar y, sobre todo,
porque no supo invertir en I+D+i en tiempos de bonanza económica. Optó por exprimir al máximo el modelo sin
pensar en el futuro. El sector no supo buscar alternativas a los cambios de
hábitos de consumo de noticias, a las nuevas herramientas. Además, creo que la
situación es peor, porque la prensa sufre más de una crisis, la económica, la
del modelo de negocio o de financiación y la de la profesión. No obstante, creo
que hay
esperanza. Han surgido nuevas herramientas como las tabletas, las
aplicaciones de móviles, las redes sociales, los vídeos gratuitos, que creo van
a reforzar el periodismo.
Nunca
antes ha habido tanta demanda de información por parte de la ciudadanía. Y es
el periodista, como dijo Iñaki Gabilondo en 2011 en una conferencia que ofreció
en el Ateneo de Málaga, quien debe administrar ese bien ajeno, que es el
derecho de la información. Además, como ya señaló Alfonso Sánchez Tabernero en
el Informe Anual de la Profesión Periodística de 2008, “las empresas de
comunicación siempre han vivido entre la euforia y la angustia”.
JD.: 'La comunicación política y las nuevas tecnologías' es una obra colectiva, ¿qué destacaría de su aportación a la misma?
JD.: 'La comunicación política y las nuevas tecnologías' es una obra colectiva, ¿qué destacaría de su aportación a la misma?
FJP.: Efectivamente, se trata de una obra colectiva, que ha coordinado el
profesor Cotarelo, brillantemente,
por cierto, en la que participan 15 personas. Se recogen once reflexiones,
todas ellas muy interesantes sobre la comunicación política y las nuevas
tecnologías. Por ejemplo, el capítulo de Elena Barrios “Políticos españoles en redes sociales. ¿Es posible la
conversación?” o el “Análisis de las elecciones del 20N”, realizado por María Luz Congosto y Pablo Aragón. Pero quiero destacar que
todas y cada una de las aportaciones de los colegas que participan en el libro
aportan visiones muy interesantes.
En
nuestro caso, mi compañera María Jesús Fernández, con quien firmo el capítulo del libro, y yo, nos propusimos
precisamente analizar el grado de
representatividad de los emisores en Twitter, es decir, su perfil, en un
tema de actualidad del momento en que iniciamos el estudio, el anuncio del rescate a la banca española
en junio de 2012. Queríamos hacer una radiografía de los perfiles de los
emisores que participaron en aquella conversación. El 41% correspondía a
perfiles de ciudadanos, el 24% de los emisores fueron periodistas, el 18%
medios de comunicación, y un 3% de políticos y partidos. Es solo una fotografía
de un periodo y un tema determinado. Seguro que este análisis de puede aplicar
a otros, pero nos confirma que algo está cambiando y que la ciudadanía ha
ganado peso y mucho en la agenda de temas. Su opinión se escucha más que antes,
ahora bien, debería tenerse más en cuenta por parte de los políticos.
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