Venezuela:
Un castillo de arena
Paola Molina. |
Al cumplirse una semana de los comicios
electorales en Venezuela y evaluando la aguda crisis política e institucional
de los últimos días, con la juramentación y proclamación de un Presidente no
reconocido por más de la mitad del país, cabe revisar los acontecimientos
generados desde el propio gobierno para justificar el rompimiento del hilo Constitucional y, por ende, el carácter
autoritario que viola los preceptos de un sistema democrático y los tratados y
convenios internacionales a los cuales está suscrito nuestro país.
Nicolás
Maduro ha construido un castillo de arena como gobierno, sin base sólida,
por la vía de la amenaza,
amedrentamiento, criminalización de la
oposición, así como con la persecución política, fraude electoral, pretendiendo evitar el declive, que por su propia
experiencia durante la campaña sabe que cada vez que se dirige a los
venezolanos o toma una decisión, tiene efecto de caída libre, lo certifican los
números, porque en menos de un mes perdió casi un millón de apoyos
capitalizados por su “Padre” “Comandante Supremo”, Hugo Chávez.
Insistentemente los voceros del gobierno
etiquetan a la masa opositora como fascistas, pero con las siguientes
acciones: dictar medidas privativas de libertad por tocar las cacerolas y en
las cárceles obligar a los jóvenes a gritar consignas a favor de Maduro para no
ser golpeados, Presidente de la Asamblea
Nacional Diosdado Cabello niega derechos de palabra a diputados de la bancada
de la Mesa de la Unidad Democrática porque no reconocen a Nicolás Maduro, hasta
que se realice el proceso de auditoría.
Utilizar los consejos comunales para marcar
con (x) las viviendas de aquellos vecinos que hacen cacerolazo, más de 1.000
denuncias de acoso laboral a empleados públicos que tengan evidencias en sus
redes sociales o teléfonos móviles de haber apoyado a Henrique Capriles, el propio Nicolás Maduro expresó en su acto de
juramentación, que se debe “desinfectar la sociedad venezolana”, cabe la
pregunta, ¿quiénes realmente han asumido el comportamiento de los nazis en Venezuela, quiénes motorizan
el fascismo?
Una elección donde las irregularidades no
fueron la excepción sino la regla del proceso, tiene total validez que quienes apoyaron con su voto a Henrique
Capriles no legitimen a Nicolás Maduro hasta que se produzca un reconteo
(auditoría) por el estrecho margen de los resultados, donde las propias leyes
venezolanas establecen todos los mecanismos para proceder en los casos en los
cuales hay inconformidad en alguna de las partes, y que en cualquier país donde
impere un sistema democrático, no es un delito defender los derechos de los
ciudadanos, y aún más, cuando el propio gobierno debería ser el más interesado
en aclarar la transparencia del proceso para ser legitimado y reconocido por
toda la sociedad y así evitar una crisis de gobernabilidad.
Capriles y Maduro. |
El Voto
Asistido o Acompañado, donde el testigo oficialista o miembro del partido
de gobierno obliga a funcionarios públicos, predominantemente en zonas rurales,
a votar por la opción de Nicolás Maduro, violando la norma electoral del
derecho al secreto del voto, todo esto avalado y promovido por funcionarios del
CNE y el Plan República.
El Comando Simón Bolívar recibió 29.500
denuncias provenientes de toda Venezuela el día de la elección, con lo cual
queda claro el ventajismo de las fuerzas oficialistas y el legítimo derecho de
la oposición a que se lleve a cabo el proceso de auditoría, con las condiciones
que deben prevalecer según lo establecido en la Ley de Procesos Electorales,
que incluya papeletas, cuadernos de votación, actas, Sistema de Autenticación
Integrado.
La decisión
de auditoría fue aceptada por las rectoras del CNE ante la presión
nacional e internacional el día jueves 18 de abril, pero a partir del lunes 22
de abril presentan negativa a incluir cuadernos de votación y otras condiciones.
No es casual, para el día 18 de abril estaban en presencia de delegaciones
presidenciales de distintos países, invitadas a juramentación de Nicolás
Maduro, esta actitud fue asumida en aras de brindar una imagen de legalidad y
objetividad al proceso, pero que 3 días más tarde, se intenta manipular la
decisión tomada, ante el hecho que la oposición tiene todas las pruebas
necesarias para dejar en evidencia el Fraude cometido en las elecciones
presidenciales.
Como el propio candidato Henrique Capriles
lo ha señalado, el gobierno de Nicolás
Maduro temporalmente es de “Mientras Tanto”, porque en los próximos días la
verdad y la razón quedarán al descubierto, y el progresivo derrumbamiento del
castillo de arena ha comenzado desde el propio 14A.
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Paola Molina es dirigente política, activista de la campaña
de Henrique Capriles y directora de Comvalor-Venezuela.
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