jueves, 10 de noviembre de 2011

UPyD puede tener futuro

Rosa Díez, líder de UPyD
Mis buenos amigos José Rojo y Mario Raya tienen razón: solo cuelgo vídeos del Partido Popular y del PSOE, como si no existiesen otras formaciones políticas en España. Voy a enmendar poco a poco mi error bipartidista y os doy algunas pinceladas de UPyD.  

Este joven partido, nacido gracias al tesón de la exsocialista Rosa Díez, tiene una representación en las instituciones marginal, pero podría convertirse el 20-N en la tercera fuerza parlamentaria. Su mensaje es desconocido por la falta de apoyo mediático pero, sin duda, tiene gancho. Para empezar, reiteran hasta la saciedad que no son ni de izquierdas ni de derechas y hay candidatos al Congreso que, incluso, no les gusta que les llamen políticos. Argumentan, como tantos ciudadanos en este país, que ellos solo buscan el interés general y que, por tanto, no se les puede encasillar ni a un lado ni al otro del espectro ideológico. 

Esto puede ser un valor electoral interesante, pero la política, al igual que la publicidad, funciona con etiquetas y UPyD necesita definir aún más su carácter, los upeydistas han de buscar un cartel que los represente. Cuando la gente escucha a Rosa Díez se pregunta de qué lado es esta mujer y obtiene como respuesta (según su manifiesto de principios) que es "progresista", entonces... ¿será de izquierdas, verdad? Pues no, querido lector, UPyD ha rebautizado el concepto de progresista y equivale a otra cosa (equidad, justicia, lucha por el interés general, etc.). Pero en esto, UPyD se equivoca, es un error entablar una batalla semántica que tiene perdida de antemano, y no porque no tenga razón en su autodefinición, sino porque puede llevarle años y años, euros y más euros, discursos y más discursos... apoderarse de una palabra que han raptado los socialistas. 'Progresista' es la etiqueta del PSOE y es muy difícil arrebatársela, es más, está contaminada incluso por connotaciones que no beneficiarían a los upeydistas. 

De igual forma, hay ideas que están íntimamente relacionadas con el PP en el imaginario colectivo como la cultura del esfuerzo o la seriedad en la gestión económica (y otras ideas menos positivas y benévolas, como les ocurre a todos los partidos). Sé que todo esto es muy discutible, pero creo firmemente en que los partidos funcionan con parámetros publicitarios y que todos, para distinguirse de los demás, buscan crear una marca y adueñarse de ideas y etiquetas.

UPyD necesita etiquetas claras y fáciles de entender. No vale con desarrollar un discurso inteligente, hay que tener la habilidad de esquematizarlo todo en pocas palabras. Por lo que he leído sobre esta formación, podríamos empezar a trabajar con esta frase: UPyD, el partido de los ciudadanos. No sé si es un buen eslogan (quizá incluso exista ya), pero el fondo de la cuestión es este: UPyD tiene un argumentario atractivo pero no cuenta con el suficiente apoyo para hacer llegar su mensaje (es la cruz de todos los minoritarios), por ello, debe apostar aún más por el lenguaje sutil que nace de los principios de la publicidad (sin olvidar, evidentemente, que detrás de una frase atractiva debe haber ideas y soluciones reales para los problemas de los ciudadanos). 

UPyD haría mal en cometer los mismos graves errores de comunicación que históricamente han lastrado la imagen de IU. También debe ir pensando en dar cancha a otras figuras mediáticas, la dependencia que tiene de Rosa Díez es cancerígena. Tarde o temprano, todos los líderes se desgastan y se hace obligado el relevo.


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