Hoy toca repasar los apuntes sobre persuasión y he decidido compartir con vosotros algunas anotaciones interesantes que tengo del libro 'Los siete detonadores de la persuasión' (2009). En esta obra, Russell H. Granger nos adentra en los secretos del cerebro para revelarnos una realidad que siempre ha estado ahí pero que no conocíamos hasta hace poco: "No somos máquinas de pensamiento: somos máquinas de sentimientos que piensan", Dr. Richard Restak (neuropsicólogo). Por favor, no seas muy exigente con la redacción, tan solo son apuntes... me debes una, no te acostumbres y léete el libro.
Debido al reciente advenimiento de la tecnología que permite
observar la imagen del cerebro vivo en tiempo real, y con las disciplinas
resultantes que emergen de las neurociencias, hemos aprendido la forma en que
el cerebro humano procesa la información que recibe. La conclusión es que las emociones dominan y controlan el pensamiento.
La persuasión eficaz se convierte en un proceso por el cual
la persona que persuade dirige a sus colegas hacia una solución compartida del
problema (la palabra “compartida” destierra la idea de engaño).
La persuasión implica motivar a alguien para hacer algo que
quizá no haría si no se lo pidieran. La persuasión se enfoca en ganar tanto el
corazón como la mente.
- Cómo detonar el
‘sí’.
Detonador: es un atajo para evitar el dolor de la actividad
mental. Es un estímulo que nos ayuda a tomar decisiones rápidas sin pensar.
Siete detonadores universales (hay más):
- Amistad.
- Autoridad.
- Coherencia.
- Reciprocidad.
- Contraste.
- Razón del por qué.
- Esperanza.
- Detonador de la
amistad.
La amistad es uno de los detonadores más poderosos. Caer
bien es un prerrequisito para que los otros sean eficaces.
Nos sentimos más cómodos y más dispuestos con aquellos que percibimos
que son como nosotros. La amistad genera confianza y esta activa el detonador.
A la amistad se llega por la vía de las similitudes.
Consejos:
Toca temas que tengáis en común y si no los tenéis, aborda
asuntos genéricos: familia, viajes, deportes, etc. Evita asuntos controvertidos
como la política, la religión o el sexo.
Viste de forma parecida.
Imita acciones (también tono de voz).
Elogia.
Agradece.
- Detonador de la
autoridad.
Cuando tu interlocutor cree que sabes de lo que estás
hablando, cuando te percibe como una autoridad en la materia, vas por el camino
fácil hacia una persuasión exitosa.
A la autoridad le concedemos obediencia automática. Cuando
alguien a quien aceptamos como autoridad nos sugiere algo, abandonamos el
trabajo difícil que se requiere para hacer nuestra propia investigación.
Consejos:
Deja ver tu autoridad, quizá tus interlocutores no te
conozcan.
La vestimenta y los mensajes no verbales son componentes de
la autoridad.
No presumas.
No creas que sabes más de lo que en realidad sabes.
- Detonador de la
consistencia.
Richard Restak (neuropsicólogo): “Todas las cosas por las
que pasas en la vida en términos de decisiones, están inevitablemente
acompañadas por alguna clase de emoción; cada decisión tiene similitudes con
una decisión del pasado. Cuando está en una posición de decidir una vez más,
llama a la memoria emocional que le lleva en una u otra dirección”.
Conclusión: investiga cómo ha actuado tu interlocutor en situaciones
similares a las que le propones, si averiguas qué hizo en otras ocasiones conseguirás
las claves de la hoja de ruta y podrás predecir sus acciones.
- Detonador de la
reciprocidad.
La reciprocidad crea una deuda psicológica. Obedece a la ley
de dar y recibir. Ejemplo: cada vez que entregas un obsequio o un servicio
gratuito, creas una deuda que debe ser pagada. Tú haces algo por mí y yo estoy
obligado moral, ética y psicológicamente a proporcionarte algo como pago.
Es tan poderoso este detonador que muchas compañías prohíben
a sus empleados aceptar obsequios. Pero no se trata solo de dar algo, puede ser
una simple sonrisa, un cumplido o un gesto amable.
- Detonador del
contraste.
Si presentas dos opciones, presenta primero la más dura
(menos ventajosa) y después la más blanda (la propuesta que nosotros defendemos),
esta segunda parecerá más blanda de lo que en realidad es por el efecto
contraste.
Ejemplo: En verano, al pasar del agua fría de la ducha al
agua de la piscina, notamos esta última más caliente de lo que en realidad
está.
El orden de la exposición, por tanto, es muy importante. El
orden de los factores, sí altera el producto.
- Detonador del por
qué.
Los porqués frenan el motor de la razón del interlocutor,
analizamos menos de lo que nos pensamos y aceptamos muchas respuestas del tipo “porque
tal o cual” de manera automática.
- Detonador de la
esperanza.
La esperanza genera felicidad (es el sentimiento más
positivo que existe).
Escucha al interlocutor para averiguar cuáles son sus sueños
y miedos, así podrás encender la llama de la esperanza.
Asegúrate de que tu presentación ofrezca recompensas que
apoyen las esperanzas y deseos y menciona cualquier consecuencia negativa potencial
que pudiera ocurrir si no actúa tu interlocutor.
Somos fáciles de persuadir por quienes entienden nuestras
esperanzas, nuestros deseos, nuestros sueños o por aquellos que nos ayudan a
conseguirlos. La esperanza es una combinación de deseos y expectativas positivas.
Conoce lo que los demás esperan y elabora tu propuesta para ayudarlas a
conseguir esos deseos.
Una vez que percibimos una oportunidad de satisfacer
nuestras esperanzas, raramente confiamos en el pensamiento racional
cognoscitivo o en la lógica antes de actuar.
Asegúrate de que tu presentación ofrezca recompensas que
mantengan las esperanzas y los deseos, y menciona cualquier consecuencia
negativa potencial que pudiera ocurrir si ellos no actúan.
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