martes, 7 de septiembre de 2010

Asesora, pero no te pases




Anoche me tocó analizar las páginas que el El País le dedicó el 7 de marzo de 2008 a las elecciones autonómicas andaluzas. Es un trabajo de chinos que forma parte de mi tesis doctoral pero, entre otras cosas, me permite encontrar decenas y decenas de entrevistas, artículos, columnas y noticias interesantes para comentar en el blog. Ese día el diario dedicó dos páginas a una entrevista con el, por entonces, candidato socialista a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves (ahora ministro y vicepresidente del Gobierno de Zapatero). Uno de los temas que sacó el periodista (Román Orozco) me viene como anillo al dedo para plantear una reflexión que os quería proponer desde hace tiempo: ¿hasta dónde debe llegar el papel de los asesores en las campañas electorales? Os paso un pequeño fragmento de la entrevista que no tiene desperdicio y que nos puede ayudar.

"Pregunta. Los asesores en las campañas electorales adquieren un poder excesivo. ¿Se ha dejado influenciar por ellos? ¿Cómo ha preparado esta campaña?

Respuesta. La preparación de los debates la he hecho con mis asesores. Hemos preparado papeles, contenidos, temas de gestión, de programa electoral. Si alguien piensa que tengo otros asesores que me dicen cómo debo poner la cara, qué ropa vestir, o que tienes que levantar las manos derecha o la izquierda, se equivoca. No lo acepto ni lo aceptaré en mi vida, y seguramente no sería capaz de hacerles caso.

P. Sin embargo, usted estaba en el cara a cara con [Javier] Arenas más relajado y sonriente.

R. Porque son conclusiones que saca uno mismo. Uno se critica y se autovalora. Fui consciente de que en el debate a cuatro estuve muy serio. Porque vas a tu casa y tu mujer te dice: 'Manolo, has estado muy serio'. Sucede que sabe que yo soy serio de por sí, y además algunos me dicen que la seriedad es un valor en mí.

P. ¿A su mujer sí le hace caso?

R. Sí, atiendo lo que me dice. Que me ponga una camisa que me sienta mejor que otra...

P. ¿La sonrisa del domingo también se debe a su mujer?

R. Como me dijo que había estado un poco serio, procuré estar más sonriente".

Es curioso que Chaves, un político muy veterano con muchas elecciones ganadas, diga que se apoya en los asesores para preparar los temas de un debate y no los quiera ni ver a la hora de manejar el lenguaje no verbal. Este último comunica más que el lenguaje verbal y resulta poco creíble la respuesta, pero vamos a darle el beneficio de la duda; Chaves dice la verdad: no acepta indicaciones sobre sus gestos ni vestuario (a pesar de que los dos debates en los que participó en las últimas elecciones autonómicas de 2008 estaban milimétricamente pactados, como los dos cara a cara de Zapatero y Rajoy).

¿Hace bien un político en poner esos límites a los asesores? ¿Hasta dónde deben llegar en lo que hacen o dicen los candidatos? En mi opinión, Chaves tiene parte de razón en el fondo de la cuestión que nos quiere transmitir: los candidatos no pueden ser máquinas, han de tener su propia personalidad y si la suya es "seria" y en ello ve un "valor" pues que la mantenga (nadie puede decir que electoralmente no le ha ido bien en las urnas). Los asesores buscan que sus candidatos parezcan cercanos, se muestren empáticos y se comuniquen con asertividad pero, a veces, se equivocan en el camino y machacan la personalidad propia del candidato para fabricar una máscara falsa que tarde o temprano termina por diluirse y mostrar lo que realmente oculta.

Los asesores tienen una misión muy importante en las campañas electorales y en el día a día de los políticos (las campañas duran 365 días al año), pero deben dejar un espacio a la naturalidad (coartada en exceso por los argumentarios). Lo ideal es que analicen las debilidades y fortalezas de los candidatos para no torpedear sus virtudes. Por otra parte, los que se dedican a la política sienten auténtico pavor por admitir que tienen asesores que les escriben los discursos o que les dicen qué deben ponerse. Sienten que está mal visto contar con estos profesionales porque los ciudadanos pueden ver en la figura del asesor a un auténtico manipulador.

Ante estos sentimientos, poco podemos hacer, pero sí debemos lanzar un mensaje: los asesores pueden ayudar mucho a los candidatos, no se debe menospreciar su pericia pero no todo es la imagen prefabricada, también hay que dejar espacio a la naturalidad, a la personalidad propia y sincera del político.


2 comentarios:

  1. Tal como yo lo veo, nos encontramos ante una profesionalización de la política que convierte a los políticos en profesionales a la defensa de una profesión y no tanto de una política. La mayoría se dedican a la cosa pública como carrera, como trabajo, ... Los asesores son parte del negocio. Es como mejorar la publicidad del producto, aunque la realidad luego te desengañe, y la coca cola no te quita la sed, ni el político está pensando en tus problemas, sino en su trabajo. Falta bastante sinceridad y sobra escaparate. Pero como al final tu trabajo depende del partido en cuyas listas apareces, te debes a la "empresa" si quieres seguir apareciendo, y no a los electores, de los que no tienen ni noticia. Comunicación no puede ser sinónimo de marketing, sino de honestidad, de sinceridad y de credibilidad.

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  2. Tú lo has dicho. Falta honestidad, sinceridad y credibilidad.

    Gracias por hacer tuyo el blog.

    Saludos.


    Juan Diego.

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