domingo, 5 de mayo de 2013

Colaboración de Miguel Ángel Matilla Blanco


El Gobierno pone la mira en el 2015


Matilla Blanco.
En los últimos días, el Gobierno español ha destapado cuál será su nueva estrategia comunicativa, de cara a la segunda mitad de su mandato y, por supuesto, hacia los procesos electorales del 2015. El ajuste de las previsiones económicas del pasado mes de abril, define la nueva planeación del Ejecutivo, centrada en aceptar la negatividad que transmiten en sus números distintos organismos internacionales, para tratar de mejorarlos y, por supuesto, cumplir la nueva estimación.

En un escenario completamente adverso, en el que el Partido Popular pierde día tras día la credibilidad que logró en las generales del 2011 (y con ello la intención de voto), convenía urgentemente al Gobierno replantear su estrategia comunicativa, con el fin de evitar una  catástrofe electoral en los próximos años.

Un reciente sondeo de Metroscopia para el diario El País anuncia que el PP perdería la mayoría absoluta en uno de sus grandes feudos electorales, la Comunidad de Madrid. Los populares pasarían del 51’7% de los sufragios obtenidos en 2011, a un 35,2%, lo que supone una pérdida de más de quince puntos porcentuales. La única buena noticia para el partido, es que su principal rival, el PSOE, tampoco se levanta y perdería seis puntos, aún lejos de los populares con el 20,1%. Los mayores beneficiados de esta caída de los dos grandes partidos son Izquierda Unida y UPyD, que doblarían sus números, acercándose mucho a los socialistas, sobre todo en el caso de IU.

El barómetro del CIS de abril muestra que, a pesar del descontento generalizado y del escándalo del caso Bárcenas, el PP volvería a ganar las elecciones generales si se celebrasen en este momento, perdiendo más de diez puntos porcentuales respecto al resultado del 2011, pero aumentando aún más la distancia con el PSOE, que sigue cayendo. Una buena noticia a medias para los populares, que les da margen para pensar que, con la estrategia y acciones adecuadas, pueden conseguir los nuevos objetivos definidos, y con ello la reelección.

“Nos ponemos en lo peor”

El último viernes de abril fue la fecha elegida por el Gobierno para anunciar un nuevo paquete de reformas, sin embargo, las medidas pasaron a un segundo plano de las portadas, y el nuevo ajuste a las previsiones económicas se llevó el titular. El Gobierno reconoció que no se crearía empleo durante lo que resta de legislatura, lo que supondría el incumplimiento de la gran promesa electoral que les permitió provocar la histórica derrota del PSOE y alcanzar la mayoría absoluta.

De esta manera, el consejo de ministros informó que la previsión de creación de empleo se retrasará hasta 2015. Asimismo, se elevó el objetivo de déficit para este año al 6,3%, casi dos puntos más de lo anteriormente previsto; el Gobierno espera que el porcentaje baje al 4,1% en 2015 y al 2,7% para 2016.

Preguntado por el ajuste en las previsiones, el ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo: “Nos ponemos en lo peor para que, si hay sorpresas, sean positivas”, revelando así la intención del Gobierno de tomar las medidas necesarias para que, cuando se acerquen las contiendas electorales, el escenario sea más favorable y, aunque sea en el último momento, puedan anunciar que los objetivos se han cumplido, no sin cierto riesgo, pues la nueva previsión del Gobierno sigue siendo la más optimista, en comparación con las de otros organismos.

El Partido Popular comienza a jugar con el tiempo, pone la mira en el 2015, acepta que la realidad actual es desfavorable y que las principales promesas electorales se verán incumplidas, se expone a que el descontento pueda aumentar aún más, pues las encuestas les dan margen para seguir tomando riesgos; en definitiva, el Gobierno retrasa el cambio prometido durante las elecciones para el final de la legislatura, la fecha que determinará si los populares optan a la reelección.

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