¿Qué deberían copiar los políticos
españoles de los norteamericanos?
Javier del Pino:
"Esa es una lista demasiado larga,
no cabe en Internet"
Javier del Pino. |
Juan Diego: ¿Cómo es tu día a día de corresponsal?
Javier: Más monótono –que no aburrido- de lo que puedes pensar. Hay que madrugar para combatir la diferencia horaria. Al trabajar para una radio, hay que preparar muchos sonidos y grabaciones para poder usarlos. Y, sobre todo, hay que leer para entender.
Javier: Los corresponsales permanentes ya no sirven para informar; su valor depende de su capacidad para comunicar, y eso es algo extraordinariamente subjetivo. Tienes que saber contar las cosas de una manera que cautive al oyente o al lector o al espectador. Las noticias son las mismas para todos y, como dices, ahora, todos, desde cualquier lugar del mundo, tienen acceso a lo que ocurre en directo. Mi trabajo sólo tiene sentido si consigo traducir esa información a un lenguaje radiofónico comprensible que aporte un punto de vista y una perspectiva más global. Por eso, huyo de las “últimas horas” o los “flashes urgentes”. Eso pertenece al pasado de la radio porque ahora existe Internet, que es un permanente proveedor de “flashes urgentes” deslavazados y carentes de criterio. A nosotros nos corresponde analizar lo que ha ocurrido, madurarlo y contárselo al oyente sólo si realmente consideramos que merece ser contado, y sólo si podemos hacerlo de una manera radiofónica.
Yo tengo la fortuna de haber estado aquí tanto tiempo como para que los oyentes de la SER me identifiquen ya con este país. Y creo que muchos confían en que si les cuento algo, es porque merece la pena que lo escuchen. De todo lo que me dicen, lo que más agradezco es cuando alguien me dice que entiende mejor este país a través de lo que yo he contado a lo largo de los años, y eso no tiene nada que ver con la información pura y dura. Y la SER siempre me ha permitido trabajar en esa línea. Pero conozco corresponsales que todavía trabajan “al peso” y algunos que están extrañamente convencidos de que son los únicos con acceso a Internet.
Javier: Periodísticamente, hay un acceso más fluido al Gobierno por parte de la prensa, pero no es muy distinto a la etapa anterior. Los periodistas extranjeros seguimos siendo absolutamente irrelevantes, lo cual sirve para que algunos compañeros reduzcan sus aires de grandeza: la realidad es que pintamos tanto como un corresponsal danés en Madrid. Y si lo piensas bien, es bueno que sea así porque ni estamos a la caza de exclusivas ni tenemos por qué estarlo. Estamos aquí para explicar cómo es y cómo funciona este país. Políticamente, no opino.
Javier: ¿A qué hora quedamos?
Javier: Obama es quien mejor lo ha definido: el Tea Party es una amalgama. Son gente con ideas fiscalmente conservadoras, pero se equivocan en Europa quienes creen que son todos socialmente radicales y ultraconservadores. Hay de todo. Pero, en realidad, solo tienen dos objetivos: menos impuestos y menos poder en manos del Gobierno federal. Lo demás para ellos son temas menores.
Javier: Forma parte de su historia contemporánea. Hace poco más de un siglo aquí las cosas todavía se dirimían en duelos al sol. Tiene que pasar el tiempo.
Javier: No nos ven. A veces lo intentan, pero no nos encuentran.
Javier: Del 1 al 10, 0. Pero tampoco les preocupa la política de Dinamarca.
Javier: Ésa es una lista demasiado larga, no cabe en Internet. Me río cuando en España se habla de la “crispación de la clase política en Washington”. ¿Comparado con qué, con España?
JD.: ¿Qué significó para ti recibir el prestigioso premio Cirilo Rodríguez?
Javier: Significó varias cosas muy seductoras. Por un lado, ser corresponsal es una profesión tan solitaria que nunca tienes la sensación de que la gente te escucha o te lee. Por otro, es un premio que te conceden tus compañeros, lo cual para mí tenía un valor añadido porque no conocía personalmente a casi ninguno de ellos. Sé que muchos hacen campaña para ser nominados o premiados, y eso no funciona con el Cirilo Rodríguez. Y tiene finalmente la virtud de estar organizado por una gente encantadora en Segovia que vive al margen de las rencillas clásicas entre los medios. Lo pasé muy bien y lo agradezco profundamente.
JD.: ¿Echas de menos ejercer la profesión en España?
Javier: Del 1 al 10, 0. Sólo echo de menos trabajar con gente al lado. Pero no lo echo tanto de menos.