jueves, 23 de diciembre de 2010

Una entrañable noche


No es mi intención ponerme cursi, pero la verdad es que a medida que cumplo años, cojo con más ganas la Nochebuena. A muchos les provoca urticaria porque ven en la Navidad el momento dulce de la hipocresía o el mejor caldo de cultivo para el consumismo desenfrenado de nuestra sociedad. Los detractores navideños tienen motivos para poner pegas, pero la Navidad es mucho más que todo eso, y no hablo de su sentido religioso, en el que aquí no entro.

Estos días existe una predisposición a sentirnos más cerca de la familia y, aunque esto debería ser así durante todos los días del año, me sorprende, cada Navidad con más fuerza, un sentimiento de unión a los que me rodean en los momentos más personales y privados de mi vida. Será que me estoy haciendo mayor, pero la sensación que me despierta la ilusión de ver que estamos bien en días como la Navidad, se traduce en chispas de felicidad que encienden algo dentro de mí.

No quiero convencer aquí a nadie de nada, solo busco compartir con vosotros qué tiene de especial para este humilde bloguero unos días que cada uno puede vestir con el traje que desee. Para algunos son puro consumo, para otros descanso; los hay que les conceden sentido religioso y otros nos entregamos a estos días con la esperanza de descubrir en nosotros mismos algo mejor que dar a la familia. Feliz Navidad a todos.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Luis Izquierdo, presidente de la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP)

"Los días con actividad parlamentaria son interminables"


Juan Diego Sánchez. Siempre me he preguntado cómo es el trabajo de mis compañeros en el Congreso de los Diputados. En la Cámara Baja, sus señorías abordan los temas más importantes del país y la labor del periodista adquiere una especial relevancia. En esta nueva entrega de Comunicación a la Deriva, nos acercamos a la tarea de estos periodistas especializados en compañía de Luis Izquierdo, presidente de la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP). Luis tomó las riendas de esta organización en junio de 2010, es redactor de 'La Vanguardia' en la delegación de Madrid y desde septiembre de 2008 se encarga de la información parlamentaria. Doctor en Periodismo por la Universidad Complutense, nuestro invitado también es profesor asociado del departamento de Periodismo de la Universidad Carlos III desde 2006. Dos datos más: es autor de los libros ‘Manual de Periodismo Local’ y ‘Anarquistas. Viaje a los orígenes del terrorismo español’. Empezamos.


JD.: Somos muchos los que no hemos pisado el Congreso de los Diputados, ¿qué se siente en la sala de máquinas de la democracia?

Luis: Al comienzo resulta extraño compartir el mismo espacio con personajes a los que estás habituado a ver sólo en la televisión y cuyo peso en la política nacional es de todos conocido, pero eso se normaliza muy rápido. Después cada uno trata de hacer su trabajo lo mejor posible adaptándose a la mecánica propia del Parlamento.

JD.: ¿Quiénes son los mejores oradores?

Luis: La APP acaba de darle el premio al mejor orador de 2010 a Alfredo Pérez Rubalcaba, que es uno de los mejores. Pero también son muy buenos Josu Erkoreka o Gaspar Llamazares, que lo ganaron los dos años anteriores. Soraya Sáenz de Santamaría mejora por meses y será muy buena dentro de poco.

JD.: Los diputados tienen fama de holgazanes, ¿merecen tan mala reputación?

Luis: No, no la merecen. Al menos la mayoría. Son gente muy activa y sufren el lastre de las elocuentes fotografías que nos muestran un hemiciclo vacío. Pero son como todas las profesiones: hay unos cuantos vagos que pasan el día paseando y tomando cañas y una inmensa mayoría muy trabajadores.

JD.: A la hora de votar, ¿sus señorías se han despistado en algún caso de especial relevancia?

Luis: Se despistan con frecuencia, pero en el tiempo que yo llevo allí no he visto ninguno especialmente relevante. Hubo una muy graciosa, de una enmienda a la totalidad que presentó Rosa Díez (UPyD). Sólo recibió un voto a favor, pero no era el suyo. Ella se abstuvo y sólo la votó a favor el ministro José Blanco, que debía estar hablando por teléfono o despistado.

JD.: ¿Los diputados de distinto signo político se llevan tan mal como parece o no es para tanto?

Luis: Se tratan con corrección y educación fuera de los focos de las cámaras. Se reúnen cuantas veces sea preciso cuando hay algo que negociar. Son mucho más duros dentro del hemiciclo que fuera. Pero llevarse, en lo personal, se llevan por lo general bastante mal.

JD.: ¿Cómo es un día de trabajo de un periodista parlamentario?

Luis: Los días con actividad parlamentaria, normalmente de martes a jueves, son interminables. Muchos se comienza a las 9 de la mañana y no se termina, en el caso de los diarios, hasta las diez de la noche. Hay jornadas con plenos interminables y otras con cuatro comisiones interesantes casi simultáneas. Es un ritmo muy fuerte si, como es el caso de la mayoría de medios, una sola persona se tiene que hacer cargo de todo lo que pasa allí dentro.

JD.: ¿Qué importancia tienen los pasillos del Congreso para los medios? ¿Salen muchos titulares de ahí?

Luis: Yo diría que mucha. Y sí, son muchas las noticias que se producen en los pasillos. Basta decir que las agencias de noticias tienen siempre a una persona de guardia en el pasillo aledaño al hemiciclo durante la celebración de los plenos porque no pueden perderse nada de interés. Por lo demás, muchas veces lo más interesante de las ruedas de prensa es el tiempo que los políticos dedican a explicar algunas de sus declaraciones a los periodistas, pero ya fuera de micrófono.

JD.: Alguna anécdota vivida en la Cámara Baja que te haga reír.

Luis: Sí, hay muchas. Como cuando empezó a salir humo del ordenador del presidente del Congreso, José Bono, en la presidencia del hemiciclo y éste no tuvo otra ocurrencia que echarle por encima un poco de agua. Por suerte la cosa no fue a mayores, pero todos temieron algún cortocircuito.

JD.: Breve pincelada de la situación política del país.

Luis: El nuestro es un país a la deriva de la situación político-económica internacional. Todo está vencido por la corriente de una crisis que no remite pese a los muchos esfuerzos que se nos piden a todos. Casi todo está congelado a la espera de que la recuperación de la que tanto se nos habla sea una realidad palpable por la gente de la calle. Y, mientras tanto, el reloj avanza inexorable hacia las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Solo quedan 5 meses.

JD.: La pregunta del millón, ¿repetirá Zapatero como candidato?

Luis: Quince meses son un mundo en política. Pero hoy por hoy caben pocas dudas de que repetirá. Mañana, ¡quién lo sabe!

jueves, 16 de diciembre de 2010

Adictos al cortoplacismo


El miércoles asistí en el auditorio del Museo Picasso de Málaga a un seminario de tendencias impartido por el doctor en Biología Juan Freire y el asesor de comunicación Antoni Gutiérrez-Rubí. Fue una de esas citas que te abren los ojos sobre realidades con las que convivimos diariamente pero que no apreciamos en toda su dimensión. Freire y Gutiérrez-Rubí nos hablaron sobre 32 tendencias de cambio que experimentará nuestra sociedad durante los próximos diez años. El impacto de la tecnología en la política, en los modelos de negocio y en la información o sus consecuencias organizativas tanto a nivel político como social o empresarial, fueron algunos de los temas que abordaron y que podéis consultar en '32 Tendencias de Cambio (2010-2020)', un libro que os podéis descargar gratuitamente.

Analizar los cambios que sufre nuestra sociedad (las tendencias) nos puede ayudar a imaginarnos qué pasará con lo que nos rodea (los escenarios resultantes de las tendencias). ¿A dónde nos llevan los avances tecnológicos? ¿En qué desembocará el cambio climático? ¿Cuáles serán las consecuencias de la baja natalidad que arrastra España? Son preguntas, entre un millón, de difícil respuesta, pero que merecen la atención de todos, especialmente, de las instituciones y de nuestros gobiernos.

El análisis de las tendencias es fundamental para prevenir males derivados de síntomas como la contaminación, el envejecimiento de la población o la brecha digital entre los que manejan las tecnologías y los que no. El estudio de los cambios que experimenta nuestra sociedad requiere años de mucho esfuerzo y medidas valientes (y a veces impopulares), pero no todo el mundo parece dispuesto a entregarse a esta tarea en tiempos en los que solo prima la inmediatez de los resultados.

Este mundo está enganchado al cortoplacismo en muchos ámbitos de la vida. Los gobiernos no miran más allá de los cuatro años que dura una legislatura, y buscan la rentabilidad electoral de proyectos a corto y medio plazo que no ayudan a salvar posibles escenarios negros previstos en un horizonte lejano. Pero esta adicción no solo afecta a los políticos, también la padecemos muchos ciudadanos, que exigimos a los gobiernos soluciones inmediatas para problemas graves que necesitan tratamientos duros y largos. Queremos terminar los primeros en el supermercado, llegar antes que el compañero a casa, no guardar cola en ningún sitio, lo queremos todo ya, al instante. Estamos perdiendo esa gran virtud llamada paciencia y la hemos sustituido por la reclamación y la exigencia continuas. No es éste, ni mucho menos, un alegato contra el sentido crítico de los ciudadanos, sino una defensa de la cordura y de la sensatez.

A los medios de comunicación les ocurre lo mismo. Su misión de fiscalización del poder se confunde muchas veces con exigencias imposibles en la resolución de problemas de extraordinaria envergadura. La Prensa reclama respuestas que no hay y arrastra a la clase política al error de la precipitación en la adopción de medidas improvisadas que no han tenido en cuenta ni las tendencias ni los posibles escenarios. No se hacen buenos diagnósticos y, por lo tanto, no se aplican los tratamientos más apropiados.

El cortoplacismo no es ajeno a las empresas, que adoptan estrategias que persiguen la rentabilidad al segundo descuidando factores que podrían mejorar su competencia y su estabilidad a largo plazo.

Evidentemente, esta adicción al cortoplacismo es más grave en las instituciones, que son las más obligadas a estudiar qué pasa a nuestro alrededor para prevenir posibles escenarios negativos para la sociedad. A veces, es positivo pararse y observar nuestro entorno y ver hacia dónde vamos. Puede que mientras hacemos esto nos lluevan chuzos de punta, puede que los medios de comunicación nos machaquen y los ciudadanos rocen la histeria, pero la política en mayúsculas debe otear el horizonte, allí está la verdad, allí está ese juez llamado tiempo que da y quita razones.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Entrevista con Óscar Espiritusanto, fundador de PeriodismoCiudadano.com

"Wikileaks ayudará a conseguir mejores medios de comunicación, periodistas y ciudadanos"


Los periodistas que lean esta entrevista es mejor que dejen a un lado los prejuicios. Puede parecer que Óscar Espiritusanto busca mandarnos al paro (algo improbable, ya que él también es del gremio), pero no es así. PeriodismoCiudadano.com es un portal que promueve y apoya todas aquellas medidas encaminadas a fomentar la comunicación ciudadana, es la semilla de una gran red mundial que convierte a todos los ciudadanos en potenciales informadores. PeriodismoCiudadano.com es la constatación de que la Red está cambiando por completo el sistema de medios al ofrecer millones de ventanas informativas y de opinión ajenas a los gobiernos y a las grandes compañías mediáticas. Despierta el sentido crítico de la sociedad y viene a reforzar las libertades de expresión y de información. Óscar nos habla en esta entrevista de periodismo ciudadano y del punto de inflexión que podrían marcar las desafiantes filtraciones de Wikileaks. El Sistema tiembla cuando la información circula libre, ¿por qué?


Juan Diego: ¿Qué es el periodismo ciudadano?

Óscar: La definición más breve y sencilla es la del profesor de Nueva York Jay Rosen: “Cuando las personas antiguamente conocidas como la audiencia utilizan las herramientas periodísticas que tienen a su alcance para informarse unos a otros, eso es periodismo ciudadano”. Los ciudadanos, ahora, en muchos casos, generan contenido informativo.

JD.: ¿Qué papel juegan los blogs en este tipo de periodismo?

Óscar: Fundamental, herramientas como los blogs y, sobre todo, las herramientas de generación de contenido basadas en software libre han conseguido que los ciudadanos puedan informar a costes muy bajos. El activismo, el movimiento Indymedia y la llegada de los blogs fueron el punto de partida para que en Corea del Sur, en el año 2000, Oh Yeon-ho fundara OhmyNews, el primer medio ciudadano con el lema: "cada ciudadano es un reportero".

JD.: ¿Qué ha supuesto para los ciudadanos las filtraciones de Wikileaks?

Óscar: Un hecho histórico en el periodismo, la comunicación y la ciudadanía. Si esto continúa así, muchas cosas pueden cambiar, el concepto de Wikileaks ayudará a conseguir una mayor transparencia, mejores medios de comunicación, periodistas y ciudadanos. Wikileaks es por/para/de los ciudadanos. En sus objetivos, Wikileaks confía en "el poder abierto para habilitar y capacitar ("empoderar") a los ciudadanos para llevar a los gobiernos y empresas corruptas ante la justicia". Por otro lado, Wikileaks, para generar mayor transparencia, apela a la participación de todos los ciudadanos: "elige algún evento (cable) interesante y coméntalo con los demás. Usa twitter, reddit o el correo electrónico y utiliza por favor #cablegate o el identificador único de referencia como etiquetas".

JD.: ¿Existe realmente el periodismo libre o es una utopía?

Óscar: El periodismo libre existe y los periodistas libres también, al igual que los ciudadanos comprometidos que informan de lo que sucede desde ciertos países con censura férrea y desde los que se juegan su libertad y, en algunos casos, la vida. La colaboración entre ellos generará mejor información y más honesta. Wikileaks está siendo un factor importante en este tema, está dando un vuelco al periodismo, y personalmente pienso que algunos medios están volviendo a recuperar ante su público la credibilidad que los medios tradicionales habían perdido en los últimos años.

JD.: ¿Cuáles son los países con mayor grado de censura?

Óscar: Por desgracia hay demasiados, uno de los últimos post que Paula Gonzalo ha publicado en PeriodismoCiudadano.com sobre Corea del Norte muestra las condiciones en las que se vive en ese país, la censura que el gobierno ejerce sobre los medios y la importancia del periodismo ciudadano en estos casos.

Por desgracia, son demasiados los países como Corea del Norte, China, Irán y otros que intentan censurar la información, aunque cada vez es más complicado, como se demostró tras la protestas postelectorales de 2009. La etiqueta "censura" en PeriodismoCiudadano.com es una de las que más contenido tiene. Pero por lo que parece, según nos muestra la organización de Julian Assange, la lista de países que ocultan y censuran información aumenta día a día y no sólo están en Asia o el Medio Oriente.

JD.: ¿Crees en la necesidad de luchar también por una comunicación política cívica?

Óscar: Creo que hay que intentar conseguir una comunicación más transparente. Los políticos intentan acercarse a la ciudadanía a través de las nuevas herramientas de las que disponen, como las redes sociales, los blogs, etc., pero tengo mis dudas respecto a que ese acercamiento sea sincero, quizá simplemente busquen una manera más de conseguir votos. En teoría, las herramientas dan la posibilidad de generar una comunicación más sincera, cercana y transparente, pero no son las herramientas las que lo hacen sino el individuo que se encuentra detrás de ellas.

JD.: ¿Qué te parece la prensa escrita española?

Óscar: Creo que está bien y, al mismo tiempo, es muy mejorable. Pero apostaría más por la información en sí misma, esté en el soporte que esté.

JD.: ¿Cuál es tu opinión sobre el intrusismo profesional en el gremio del periodismo?

Óscar: Todo está cambiando gracias a las herramientas de las que todos/as disponemos y todos/as tenemos la posibilidad de informar y generar contenido.

JD.: Una película sobre periodistas que te guste especialmente.

Óscar: Hay unas cuantas pero me quedo por su actualidad a día de hoy con Network (1976) de Sidney Lumet y con un Peter Finch que se sale de la pantalla.

JD.: Un libro que hable claro sobre periodismo ciudadano.

Óscar: ‘We, the media’ (‘Nosotros, el medio’) por supuesto. Y uno reciente como ‘Periodismo Ciudadano y Democracia en África’, de Fackson Banda. Sin olvidar a Howard Rheingold y su libro ‘Smart Mobs: La Próxima Revolución Social’.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Más respeto por el artículo 20 de la Constitución


La Constitución cumple hoy 32 años y, como periodista, me siento en la obligación de recordar lo que dice el artículo 20 de la Carta Magna para que no caiga en el olvido. Me propongo alertar del acoso que sufre este artículo en muchas redacciones y, por ello, no me siento como un antisistema al que todo le parece mal.

La profesión periodística es fundamental para la salud democrática de este país y necesitamos nuevas dosis de transparencia e integridad profesional que nos den a los periodistas mejores avales con los que presentarnos ante los ciudadanos. Nuestra profesión, tal y como le ocurre a los políticos (aunque en menor medida), arrastra un importante déficit de credibilidad que debe recuperar. Si conseguimos respetar (y que nos dejen respetar) más el artículo 20 de la Constitución, todos ganaremos: los medios de comunicación, los ciudadanos y la democracia. No es suficiente con fiscalizar al Poder, hay que hacerlo desde la honestidad y desde el ejemplo, algo que, actualmente, no ocurre en muchas redacciones.

Artículo 20 de la Constitución española:

"1. Se reconocen y protegen los derechos:

a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.

b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.

c) A la libertad de cátedra.

d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.

2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.

3. La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España.

4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollan y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.

5. Sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial".

¿Pensáis que todo esto se cumple?

jueves, 2 de diciembre de 2010

Manipulación de andar por casa


Estoy en mi habitación, tranquilo, con mis cosas... y suena el teléfono. Atentos al pequeño diálogo porque, aunque lo parezca, no es nada inocente:

- Jazztel: "Hola, ¿está Juan Diego?"

- "Sí, soy yo".

- Jazztel: "¿Qué tal estás?"

- "Muy bien, gracias, ¿quién eres?"

- Jazztel: "Te llamo de Jazztel..." (bla, bla, bla...).

Bueno... y me costó un poco quitarme de encima al 'vendedor'. Pasan unos días y recibo otra llamada:

- Jazztel: "Buenas tardes, ¿se encuentra Antonio?"

- No, creo que se ha equivocado.

- Jazztel: "Ah, pues disculpa, pero llamo de Jazztel y de todas formas quiero comentarte que..." (bla, bla, bla...).

Dos llamadas atípicas de personas que decían trabajar para la compañía Jazztel y que me sugieren algunas reflexiones sobre la manipulación. Sin duda, esta forma de contactar con los posibles clientes no responde al 'modus operandi' habitual de las compañías de telecomunicaciones. En los dos casos que os cuento, nos encontramos ante una técnica de manipulación que, aunque simple, nos permite hablar de un tema muy interesante. Cuando Jazztel me llama y me tutea desde un principio y evita tocar el tema delicado desde el principio, pone en marcha un truco psicológico para hacerse con nuestra voluntad y allanar el camino para que, al menos, escuchemos y no colguemos automáticamente como hacemos normalmente.

Os pongo otros ejemplos de manipulación de andar por casa. Hablo de manipulación porque a veces creemos que hacemos cosas con total libertad y no es cierto, estamos condicionados por otras personas. Aquí va otra historieta de un tal Antonio (fontanero) y de su amigo Juan.

- Juan: "¿Qué tal estás Antonio?"

- Antonio: "Muy bien, muy liado, como siempre".

- Juan: "¿Por qué no te vienes este sábado a comer a casa y echamos un buen rato?".

- Antonio: "Genial, claro que sí".

- Juan: "Muy bien, y así... de paso... me miras unos grifos que tengo estropeados".

¿Qué se supone que hace ahora Antonio? ¿Cómo le dice que no a Juan? Antonio puede estar harto de trabajar y por muy amigo que sea de Juan quizá lo que le apetece es descansar y nada más. Al pobre Antonio le han tendido una trampa, lo han manipulado y, probablemente, siente que actúa con libertad, pero podría no ser así.

En su libro 'Pequeño tratado de manipulación para gente de bien', Robert-Vicent Joule y Jean-León Beauvois hablan precisamente de esto, y ponen muchos ejemplos que demuestran los resultados de diferentes técnicas de manipulación. Un caso fácil de poner en práctica lo explicaban de este modo: ve a una estación de autobuses y pide dinero para coger un viaje; primero, hazlo pidiendo directamente y, luego, lo haces preguntando antes a tus 'víctimas' por la hora. La investigación da como resultado que se consigue siempre más dinero consultando previamente la hora. El comportamiento humano es así de débil y de curioso.

Los adolescentes con sus padres aplican sin saberlo muchas veces técnicas de manipulación domésticas.

- Joven: "Papá, dame 100 euros".

- Padre: "De eso nada".

- Joven: "Bueno... 70".

- Padre: "Es mucho".

- Joven: "Venga... vale... pues 40".

El padre está siendo sometido a un duro ejercicio de manipulación. Si el joven empieza pidiendo 40, quizá sólo consiga 15, pero al empezar por 100, la resistencia del padre tiene más probabilidad de romperse al llegar a los 50 o 40 euros.

Todos los días estamos sometidos a procesos de manipulación en el trabajo, en casa, en la calle... no es fácil percatarse de ello pero es así. Hay muchos más ejemplos y os recomiendo que leáis el libro de Robert y Jean, es entretenido y enseña cosas muy curiosas del comportamiento humano, todo basado en investigaciones, no en conjeturas.

Me llaman, ¿serán de Jazztel?