miércoles, 4 de agosto de 2021

El año en que el periodismo de ciencia se hizo fuerte contra la desinformación

 



Los datos sobre el coronavirus ocuparon el pasado año un espacio mediático tan vasto que incluso se alertó del riesgo de sobredosis informativa. La pandemia confirmó la necesidad de periodistas especializados en ciencia, y elevó hasta un nivel máximo de exposición y responsabilidad su labor. Frente a ella, el ruido procedente de diversas fuentes: la sobreexposición mediática, la infodemia, la polarización en los discursos y la desinformación.

No hay duda de que 2020 fue un año crucial para el periodismo de ciencia. Nunca antes habíamos trabajado con un ritmo tan intenso y durante un tiempo tan prolongado, como lo estamos haciendo durante la pandemia de la COVID-19. Ni siquiera en la crisis de Fukushima de 2011, cuando cubrimos en directo el desastre de aquella central nuclear japonesa cuyos reactores iban fundiéndose poco a poco y la información nos llegaba con cuentagotas. Tampoco habíamos tenido jamás tantas miradas puestas en nuestras informaciones, día tras día, durante meses; ni con un público tan ávido de respuestas y soluciones a esta gran crisis mundial que está dándole la vuelta a todo.

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