martes, 6 de abril de 2010

No pienses en un elefante




¡No pienses en un elefante! ¡No lo hagas! Venga… concéntrate y ocupa tu mente con otra cosa. Recuerda qué has hecho durante el día, organiza tus planes para el fin de semana o repasa los apuntes que estudiaste ayer. Haz todo eso pero, por favor, ¡no pienses en un elefante!

Es difícil no hacerlo, ¿verdad? Es una misión imposible. Tu cerebro, por sí solo, y sin pedirte permiso, ha evocado en tu cabeza un elefante e, incluso, mil imágenes relacionadas de alguna forma con este simpático animal. Circos, payasos, domadores, selvas o compañeros propios de su hábitat natural. No somos por completo dueños de nuestro cerebro ni de las imágenes y asociaciones de ideas que genera por su cuenta.

De esto nos habla el libro ‘No pienses en un elefante’ (Editorial Complutense, 2007). Su autor, el reconocido lingüista norteamericano George Lakoff, es un maestro en el empleo de los marcos y de las metáforas en la comunicación política. La idea central que nos transmite el profesor Lakoff, y que podemos poner en práctica en nuestros discursos (no necesariamente políticos), es que las metáforas no son inocentes, su poder va mucho más allá del lucimiento literario o de la impronta que dejan en la memoria del auditorio. Las metáforas, bien construidas, son un arma de persuasión subliminal. Cuando os pido que no penséis en un elefante, irremediablemente lo hacéis y creáis en vuestra mente otras imágenes que, al mismo tiempo, relacionáis con ideas, conceptos y valores que tenéis interiorizados sin, en muchos casos, ser conscientes de ello.

Esto, aplicado al lenguaje político, ofrece una herramienta muy eficaz para transmitir nuestros marcos: nuestra forma de ver la realidad, nuestras ideas sobre ella y nuestros valores. Pedimos prestado a Lakoff uno de los ejemplos más claros de su libro: en su día, Bush (hijo) definió Irak como “eje del mal”. ¿Por qué empleó está expresión? Principalmente, para personificar al mismísimo diablo. Irak, junto con otros países como Afganistán, forma parte, para Bush, de un equipo (eje) y su naturaleza es maligna, por tanto, está justificado (según sus valores) machacar a todos los iraquíes, puesto que en ellos se ha reencarnado el Mal (es decir, el diablo y todo lo que éste representa). Tanto ‘eje’ como ‘mal’ son metáforas que evocan en nuestra mente imágenes e ideas muy negativas sobre lo que, en opinión de Bush, era (o es) Irak.

En definitiva, las palabras, aunque no construyan metáforas, son muy poderosas. Aquí tenéis algunos ejemplos de mi propia cosecha. Veréis cómo podemos referirnos de formas tan distintas a una misma realidad:

- “Despidos” (sindicatos) vs “flexibilización de la plantilla” (patronal).
- “Crisis” (PP) vs “recesión” (Zapatero, antes de las elecciones y poco después).
- “Matrimonios gays” (PSOE) vs “uniones gays” (PP).
- “Proceso de paz” (Gobierno) vs “falsa tregua de ETA” (PP).
- “Movimiento de liberación vasco” (proETA) vs “banda terrorista” (demócratas).

Aunque Lakoff es el profesor de cabecera de los progresistas de medio mundo, sus libros (éste es otro de ellos: Puntos de reflexión, editorial Península, 2008) son aconsejables también para los conservadores y para cualquier ciudadano que quiera reforzar su sentido crítico. Por cierto, entre el 17 y el 19 de junio, Lakoff participará en Bilbao en un encuentro internacional organizado por la Asociación de Comunicación Política (ACOP). Es una buena escapada para aprender algo más y disfrutar de una gran ciudad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario