Carta de Caño a la redacción de El País
Hemos conversado esta mañana sobre la dura realidad a la que se enfrentan nuestro oficio y los periódicos en todo el mundo. En EL PAÍS
hemos venido haciendo ajustes desde hace tiempo y hemos conseguido
llevar a cabo la transformación digital paliando, en la medida de lo
posible, los daños que esta ha provocado en nuestro sector.
Afortunadamente, y pese a las dificultades, seguimos siendo el periódico
impreso más vendido en España con bastante distancia con respecto a
nuestros competidores, y nuestras ediciones digitales han conseguido en
los últimos dieciocho meses crecimientos espectaculares hasta convertir
EL PAÍS en el medio de comunicación en español más visitado y leído en el mundo.
Gracias a vuestro sacrificio y colaboración nos encontramos en una
posición competitiva y en condiciones de prolongar el liderazgo de EL
PAÍS. Pero eso no significa que la batalla esté ganada ni que nuestra
supervivencia esté garantizada. La revolución que afecta a los medios no
ha concluido aún, el panorama es todavía muy confuso. La crisis,
probablemente, no ha tocado fondo todavía. El trasvase de lectores del
papel al digital es constante. Se puede dar ya por hecho que el hábito
de la compra del periódico en el quiosco ha quedado reducido a una
minoría. La mayoría de las personas, fundamentalmente los más jóvenes,
buscan la información en otros soportes y la consumen de forma
diferente.
También en el ámbito digital la situación sigue siendo aún incierta.
La masiva transferencia de lectores de la web a los teléfonos móviles,
así como la aparición de nuevos dispositivos portátiles y de amenazas
recientes como los bloqueadores de publicidad, junto a otras más
conocidas como la instalación de la cultura de la gratuidad, hacen muy
complejo también el horizonte en el terreno de los nuevos medios.
Empiezo a tener la impresión de que el paso del papel a lo digital es
solo uno y no el más grande de los muchos pasos que los periódicos
tendremos que dar hasta alcanzar nuestro verdadero espacio futuro.
El paso del papel a lo digital es solo uno de los muchos que tendremos que dar hasta alcanzar nuestro verdadero espacio futuro
Estos cambios, como todos, tienen grandes ventajas. La primera y más
importante es que millones de personas en todo el mundo muestran hoy
interés y tienen capacidad para acceder a nuestros productos. Pero, sin
duda, -y esto es lo que más nos angustia hoy- este nuevo tiempo supone
también un gran desafío para todos nosotros. Y una severa amenaza para
quienes duden o se resistan al avance incontenible de la transformación
de nuestro trabajo y del negocio que lo soporta.
En EL PAÍS hemos decidido no solo no tenerle miedo al cambio, sino
adelantarnos en la medida de lo posible para estar a la vanguardia de
este cambio, igual que lo estuvimos en la del nacimiento de la prensa independiente en España y en el de la información de calidad y competitiva en español.
Nuestros valores
Es bueno echar por un momento la vista atrás y recordar cómo empezó
todo y cuál es la razón primera por la que estamos aquí. El 4 de mayo
celebraremos el 40 aniversario de nuestra aparición.
En ese primer número, Juan Luis Cebrián aseguraba que este diario se
había soñado siempre a sí mismo como un periódico independiente, capaz
de rechazar las presiones que el poder político y el poder del dinero
ejercen de continuo sobre el mundo de la información.
Vamos a cambiar, sí, pero no vamos a renunciar a aquellos valores de
libertad e independencia que han conseguido traernos hasta aquí.
Incorporaremos nuevas dinámicas de trabajo que consigan incrementar la
calidad y cantidad de los contenidos y productos que EL PAÍS ofrece y
que hoy pueden leerse en papel, a través de aplicaciones móviles, televisores inteligentes o redes sociales. Pero vigilaremos que en todas esas plataformas esté la huella de EL PAÍS.
Tras más de año y medio de trabajo y discusiones, nos acercamos a un
momento clave en la historia de EL PAÍS. En los próximos días concluirá
la primera fase de la obra que habilitará una nueva redacción, y con
ello llegará el momento de la conversión de EL PAÍS en un periódico
esencialmente digital; en una gran plataforma generadora de contenidos
que se distribuyen, entre otros soportes, en el mejor periódico impreso
de España. Asumimos el compromiso de seguir publicando una edición
impresa de EL PAÍS de la mayor calidad durante todo el tiempo que sea
posible. Pero nos adentramos a la vez en la construcción de un gran
medio digital de cobertura global que pueda responder a las demandas de
los nuevos y futuros lectores. El eje de ese medio será la información.
Sus herramientas serán todas aquellas que la tecnología ponga a nuestra
disposición. Por el momento, como ya estáis viendo, apostamos por la
imagen y el vídeo como un gran instrumento de comunicación masiva. Ese
medio es y será cada vez más americano, pues es en América donde nuestro crecimiento es mayor y nuestra expansión más prometedora.
Para todo ello, como hemos comentado, estamos haciendo unas obras que
nos faciliten el tránsito del trabajo de ayer al de mañana. Vamos a
pasar de lo que el sector ha denominado “integración de redacciones” a
un nuevo sistema de sincronización de equipos y canales. Vamos a
implantar modernas herramientas de comunicación que puedan atender con
rapidez y calidad las demandas de información transparente de una
sociedad cada vez más exigente con la tarea que nos ha encomendado.
Será una redacción sin despachos, abierta a la colaboración y al
intercambio de ideas, en la que los equipos se entremezclarán para
construir nuevas historias. A partir de ahora, en el corazón de la
planta principal se instalará un moderno espacio abierto dedicado a la
creación y coordinación de información y a su distribución en los
diferentes canales. El centro de esa redacción contará con un moderno
puente de mando, en el que habrá perfiles periodísticos, de desarrollo
tecnológico, de edición gráfica y de vídeo, de diseño, de producción, de
medición de audiencias, de redes sociales, de SEO y de control de
calidad. Desde allí se crearán nuevas narrativas y nuevas formas de
comunicar que seguirán manteniendo a este diario en la vanguardia del
periodismo global.
Nuestros lectores
Todo este cambio tiene un objetivo principal: mantenernos conectados
con cada uno de nuestros lectores. EL PAÍS ha sido siempre una
organización periodística enfocada hacia sus siempre atentos e
informados lectores. Hoy lo ha de ser más aún: debemos seguir siendo un
periódico que atiende las necesidades y demandas de aquellos que nos
consultan, que nos leen, que confían en nosotros. No trabajamos para
nadie más importante que el lector, pero sabemos que los lectores de hoy
se han transformado en usuarios que están en muy diversos lugares y
llegan a nosotros no solo comprando un ejemplar cada día sino también a
través de nuestra web, mediante su teléfono móvil o de sus perfiles de
redes sociales.
Este nuevo espacio quiere seguir siendo el mejor lugar para que
publiquen los más importantes periodistas, escritores, ilustradores,
fotógrafos, diseñadores y otros creadores de información y cultura en
lengua española, pero hoy es tan importante el contenido como la manera
de hacerlo llegar a nuestro público. Por ello, además de las firmas,
estamos dotándonos de nuevos sistemas de trabajo y ampliando nuestros
planes de formación para poder moldear los contenidos periodísticos de
tal manera que sean fáciles de encontrar y de leer o de ver, porque cada
vez los lectores consumen con más avidez los contenidos multimedia. En
esta línea el lanzamiento de El País Vídeo ha sido uno de los últimos éxitos. Experiencias de las cuales aprendemos muchas cosas.
Para facilitar la puesta en marcha de todo esto, hemos reforzado
nuestro equipo de dirección con perfiles nuevos y más ajustados a las
necesidades actuales. Aunque no dudo de su capacidad y esfuerzo, ni
ellos ni ninguno de nosotros conseguiremos el difícil objetivo marcado
si no nos acompañas, si no nos ayudas con tus sugerencias, con tus
críticas, con tu trabajo en busca de la excelencia. Creo que tenemos la
visión, las capacidades y el conocimiento necesarios, pero queremos
escuchar con humildad tus ideas y las demandas de nuestros lectores y de
toda la comunidad que ha hecho de este periódico esa referencia que nos
hace sentir orgullosos. Únete a la Conversación, resumimos en nuestra comunicación a los lectores.
Este periódico necesita a todos aquellos que aporten creatividad y buen
oficio. Tenemos que hacer un esfuerzo colectivo para cambiar siendo
fieles a nosotros mismos y para hacerlo aún mejor, y ojalá que sea
disfrutando y siendo felices mientras realizamos este apasionante viaje.
EL PAÍS sigue su camino para celebrar sus próximos 40 años más vivo
que nunca. Estás invitado a participar en la hermosa aventura de
inventar el futuro desde esta casa que has construido y que es nuestro
periódico.
Muchas gracias por tu confianza y esfuerzo.
Un abrazo
Antonio Caño
No hay comentarios:
Publicar un comentario