jueves, 7 de abril de 2011

Entrevista con Natalia Sanguino, autora del libro 'Diario de una periodista en paro'


"El periodismo es una profesión preciosa,
aunque dura e injusta"


Juan Diego Sánchez. Conocí a Natalia Sanguino gracias a la revista 'Periodistas', una publicación muy interesante que edita la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). Una de las reseñas bibliográficas del número 23 de la revista estaba dedicada a su libro 'Diario de una periodista en paro', las seis primeras líneas de la sinopsis ya me cautivaron, y aquí os la presento. Natalia nos cuenta en su obra las peripecias que corre Carolina, una recién titulada en periodismo que vive mil batallas en la búsqueda del primer empleo. Esta joven periodista nos ofrece una acertada radiografía de una profesión cargada de singularidades y de alto valor democrático. Es un libro ameno y cercano dirigido a todos, no solo a los periodistas. Tenéis que leerlo.


Juan Diego: ¿Qué le pasa a nuestra querida Carolina?

Natalia:
La pregunta sería más bien "qué no le pasa", porque Carolina está en una etapa terrible en cuanto a su vida profesional y eso se extiende a lo personal. Está desconcertada, porque creía saber mucho durante la carrera en la Universidad -todos creemos saber mucho antes de los 20- y se da cuenta de que no sabe nada, pero es que además al resto del mundo no parece importarle. Acaba de salir a la "vida adulta" y no es tan brillante como imaginaba. Es gris y a Carolina le aterra el gris.

JD.: ¿Tiene algo bueno estar en paro siendo periodista?

Natalia:
El paro no creo que sea bueno en casi ningún caso, aunque hay de todo. Ser periodista, que es una carrera vocacional, y no poder ejercer como tal es frustrante. Por poner una nota positiva, te diré que lo bueno de estar en paro siendo periodista es que puedes tocar muchos palos formativos, porque es una carrera en la que puedes dirigirte a aprender idiomas, nuevas tecnologías relacionadas con la información... Si fuese una profesión muy específica, solamente podrías mejorar en esa área, y el periodismo es muy amplio, con límites desdibujados.

JD.: ¿Qué opinión tienes del Inem?

Natalia:
Cuando yo estuve en el paro el Inem no me sirvió de gran cosa, la verdad. No quiero pecar de ese defecto tan "español" de ejercer de política o entrenadora de fútbol, pero tengo la impresión de que el sistema de desempleo necesita una reestructuración. Se pierde mucho tiempo y muchos recursos para no ofrecer gran cosa a gente como, por ejemplo, los periodistas. Es duro haber estudiado varios años para que el sistema de empleo de tu país no te ofrezca nada a cambio, al menos nada aparte de la prestación que te corresponde.

JD.: ¿Por qué se siente agobiada la protagonista por sus padres?

Natalia:
Carolina está empezando a despegar mentalmente pero no puede hacerlo materialmente, porque depende todavía del dinero de sus padres para poder buscar un trabajo como periodista. Si le valiera cualquier trabajo podría irse por su cuenta de alguna manera, pero ella quiere seguir su vocación de una forma tozuda. Ella se siente algo distanciada de sus padres, que además no entienden dónde está el fallo: piensan que si ellos no pudieron estudiar y tuvieron que trabajar duro, su hija, que ha estudiado, debería tenerlo más fácil. Y no saben por qué no es así. Eso es algo que Carolina "sufre" por extensión. La frustración de sus padres es suya.

JD.: En general, los periodistas están mal pagados y no son lo libres que querrían, ¿por qué somos periodistas?

Natalia:
Gran pregunta con una introducción perfecta... No puedo hablar por todos los periodistas, pero por mí te diré que no sé por qué soy periodista, solamente quería serlo, sin más. Llámalo vocación o necesidad de comunicar. Es una profesión preciosa, aunque dura e injusta, porque no siempre se reconoce al mejor. Ser periodista engancha, por eso somos tantos los empecinados en conseguir ejercer como tales de forma digna.

JD.: Alguna pregunta de esas tontas que nos hacen en las entrevistas de trabajo y que sufrió Carolina.

Natalia:
Me ponen algo nerviosa las entrevistas de trabajo cuando van por derroteros personales. Preguntas tontas me han hecho muchas, como cuál era el último libro que me había leído. Me parece insulsa y sin sentido para contratar a alguien. O si tenía novio, por ejemplo.

JD.: ¿Cómo se portan los jefes?

Natalia:
Depende. Conmigo se han portado de todas las formas posibles, pero siempre diré lo mismo: los más peligrosos son los jefes mediocres, los que no tienen un talento especial para estar donde están, porque ellos son unos inseguros que machacarán a todo el que destaque. Un jefe inepto que se sabe inepto puede ser hasta bueno, porque a lo mejor sabe quitarse de en medio. Un jefe mediocre intentará demostrar que está por encima de ti.

JD.: ¿Se merecen los becarios un monumento?

Natalia:
Por supuesto. Se merecen ser reconocidos como hasta ahora no lo han sido, a nivel económico y empresarial, asumiendo que son una fuerza de trabajo más. Porque estén aprendiendo o estén menos horas no quiere decir que sean menos que un trabajador "normal". Una de las mejores cosas que pueden hacer los becarios, por ejemplo los que trabajan en la misma empresa, es unirse, no dejar que les coman el terreno. Si desaparecieran los becarios en los medios de comunicación nos daríamos cuenta de la importancia que tienen, porque entonces muchos tendrían que trabajar "de verdad".

1 comentario:

  1. ¡Muy interesante la entrevista! La verdad que los actuales estudiantes de periodismo ya estamos bastante concienciados de que la cosa va a estar difícil cuando salgamos de la facultad. No sólo por la mala situación de ahora, sino también por la incertidumbre de no saber por dónde va a desarrollarse el periodismo. Y si encima le añades la cifra del 40% de paro juvenil, pues no pinta muy bien, así que sólo queda aferrarse a la ilusión por esta profesión.

    Saludos.

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