lunes, 18 de julio de 2011

Era inevitable


Nos bajamos pelis gratis, escuchamos música gratis, leemos periódicos y revistas gratis. Esto de Internet es una pasada, ¿verdad? Tiene alguna similitud a ese sueño que todos hemos tenido alguna vez con el dinero, que nos llueve del cielo y, al final, pobre de nosotros, nos despertamos con cara de imbéciles. La gratuidad democratiza el acceso a la información, pero se sustenta sobre la 'esclavitud' de los creadores de los productos que consumimos cuando es mal interpretada (un derecho no es un derecho cuando se levanta sobre la injusticia). Vemos, escuchamos y leemos sin apreciar el valor real que tiene la labor de los profesionales.

Como periodista, siempre me ha parecido un error que la prensa escrita haya ido a remolque de los avances tecnológicos. La Red ofrece un mar de posibilidades pero los periódicos y revistas han visto llegar el tsunami del gratis total sin reaccionar. Los usuarios accedemos, sin pagar nada de nada, a las versiones digitales de diarios de primera fila y nos hemos creído que las noticias, los reportajes, las entrevistas, las fotografías y los vídeos se consiguen apretando un botón, como si las empresas de comunicación fuesen churrerías.

Todas las piezas que se leen, ven o escuchan salen a la luz tras horas y horas de trabajo de profesionales que tienen que pagar hipotecas, comer y mantener a sus familias. Los periódicos de papel han bajado en número de lectores y en ingresos publicitarios de forma muy notable en los últimos años y la situación se presenta económicamente inviable (que se lo pregunten, si no, a la legión de periodistas que se ha quedado sin trabajo desde que estalló la crisis en 2008, y el goteo de patadas en el culo continúa).

Ahora, por fin, nace 'Kiosko y más', una plataforma que engloba a más de diez grupos editores para la venta de periódicos (30) y revistas (40) en Internet. Es una iniciativa para poder sobrevivir, una 'copia' de Orbyt (kiosko digital lanzado por El Mundo hace ya meses). 'Kiosko y más' no supondrá la desaparición de las versiones digitales gratuitas (aunque se espera que cambien).

El salto del papel a la Red rompiendo la gratuidad es indispensable para que los periódicos y revistas (incluidos sus trabajadores, claro) aguanten la revolución digital. Vivir o morir, esa es la cuestión.

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