miércoles, 20 de julio de 2011

Una dimisión acertada


El 'caso de los trajes' se ha precipitado tanto que Francisco Camps ha terminado tirando la toalla. El presidente valenciano asegura que es inocente y afirma que se va para que Rajoy pueda llegar a La Moncloa y salvaguardar el buen nombre y la proyección de Valencia. En ningún momento, dice que dimita porque haya podido cometer errores en la gestión de este caso.

Camps se equivoca a la hora de explicar los motivos de su dimisión. Es tal el apoyo ciudadano que tiene Rajoy y el potencial de la amplísima militancia del Partido Popular, que al líder gallego no le estorbarían demasiado las torpezas cometidas en el 'caso de los trajes' para hacerse con el Gobierno. Y es que ya sabemos de qué forma pagan los políticos españoles sus deslices de ética en las urnas, sencillamente, no los pagan. Nunca es bueno arrastrar causas pendientes con la Justicia en campaña, pero lo de los trajes, es decir, lo de Camps, no tiene ni mucho menos la entidad del 'caso Gürtel'. No sé si Camps está enfangado hasta el cuello, eso debe determinarlo la Justicia, pero, lo que sí es evidente, es que nadie dimite siendo inocente y, sobre todo, si poco antes, ha machacado a sus adversarios en unas elecciones (cosa que sí logró Camps el 22M). Da la impresión de que han pillado al presidente (que ya tiene sustituto, lo sucederá Alberto Fabra, alcalde de Castellón.

El presidente valenciano siempre creyó que las urnas lo lavaban todo, que absolvían de cualquier pecado, pero se equivoca. Su partido le ha hecho ver que iba camino de ser un presidente condenado. Es vox populi que la dirección nacional del PP mantiene serias dudas sobre la defensa de Camps y su discurso de despedida es manifiestamente mejorable, le falta humildad y argumentos. El líder valenciano se marcha, que se defienda y demuestre su inocencia. Rajoy solo tiene que seguir como hasta ahora para ganar las elecciones y Rubalcaba buscar munición para no perder por goleada.

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